El creciente parque automotor que presenta Arica ha dado paso a una importante actividad comercial que se relaciona con la instalación de playas de estacionamiento, especialmente en el sector centro de la ciudad.

Sin embargo, la proliferación de estos negocios no ha ido de la mano con el desarrollo urbanístico que requiere la comuna y en muchos de ellos es posible detectar el incumplimiento de una serie de requisitos básicos establecidos para su funcionamiento, situación que finalmente termina por generar un impacto negativo a la estética de la ciudad, sobre todo en el denominado casco histórico de la comuna.

En el sitio web de la Municipalidad de Arica está publicada la ordenanza municipal número 616, que data del 14 de febrero de 2003, donde se establece la normativa para este tipo de recintos. En efecto, el documento indica -entre otros aspectos- que estos deben contar con un techo de material autorresistente y de una altura mínima de 3 metros; mantener accesos pavimentados y diferenciados para vehículos y peatones, además de considerar vías y espacios para personas con discapacidad física.

La ordenanza municipal exige, además, una óptima presentación de los cierres y de los muros perimetrales, adecuada iluminación artificial, baños para trabajadores y público, luces de baliza para el ingreso y salida de vehículos, entre otros requisitos que claramente no están siendo considerados.

Desafortunadamente, estos incumplimientos están generando una imagen poco atractiva de la ciudad y que no se condice con el discurso turístico que cotidianamente utilizan las autoridades.

Considerando esta situación, es importante que los organismos encargados de fiscalizar desarrollen su labor y verifiquen el cumplimiento irrestricto a estas disposiciones.

Se trata de un lucrativo negocio que presta un importante servicio a los automovilistas, pero que al igual que todas actividades comerciales que se desarrollan en el país, debe estar regulado.