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Atención en el hospital Juan Noé

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Fui al Hospital Juan Noé y leí un letrero que decía "Exige tus derechos"; me pareció muy atinado. Luego decía "Cumple tus deberes", más atinado aun.

Llegué a sugerencia de un doctor que consulté de manera particular, que también atiende en el hospital, a solicitar una hora de consulta y luego recibir el beneficio por una patología GES (Plan Auge).

Sorpresa, tengo todos los requisitos para recibir esa atención, pero no tengo derecho al beneficio si es que no llego con una interconsulta desde un consultorio. Me da pena mi país, ¿cuántas personas son abusadas por la burocracia del sistema público de salud?, ¿Cuántas otras se mueren esperando un beneficio políticamente tan manoseado? Quise exigir mis derechos y no pude, el sistema y los trabajadores de la salud no lo permiten, salí desilusionado de quienes exigen deberes y les quitan los derechos a los enfermos. El letrero debieran leerlo los funcionarios y el sistema hospitalario, pero al revés, cumple bien con tus deberes y no exijas tanto tus derechos.

Aquiles Sierra Neira

Visita a la Casa Yanulaque

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De niño en mi hogar me inculcaron respeto y cariño por la familia Yanulaque, que vivía en Arica, propietaria de un almacén que frecuentaban los tacneños, La Colmena, en la esquina de Sotomayor con Sangra, hoy convertido en Museo del Mar.

El patriarca, Manuel Yanulaque Scorda, fue un griego que se casó en Arica con María Ayala Corvacho, afrodescendiente, íntimo amigo del italiano Domingo Pescetto, último alcalde del Perú en Arica (1880) también casado con afrodescendiente.

He almorzado en la casona señorial con las nietas del patriarca, María Eugenia y Ariela, quienes me han obsequiado un lujoso álbum dedicado al abuelo con historias e imágenes ariqueñas.

Además de las invitantes eran comensales la guapa dama Jacqueline Penna, la historiadora Magdalena Pereira y el Cónsul General del Perú, Italo Acha, que desarrolla una intachable misión en Arica .

Fui invitado a recorrer los ambientes de la casona donde el tiempo se ha detenido. He vuelto a ver paredes empapeladas, muebles decimonónicos, espejos biselados, vajilla de plata, arañas de cristal y una vista hermosa que, desde el segundo piso, permite divisar el mar océano, el Morro legendario y la parte superior de la bandera peruana bandera que, a lo lejos, grácil flamea en la Casa Bolognesi.

Al margen noticio que la historiadora Pereira me obsequió "Arica y Parinacota: La iglesia en la RUTA de la Plata", que ha escrito al alimón con Rodrigo Moreno, doctor en Historia de América, que comentaré próximamente pues toca profundamente al mundo aymara, común en el sur peruano y norte chileno.

Para mí ha sido un sueño esta velada.

Freddy Gambetta