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Nadie sabe más de carnavales y de nuestras tradiciones que el profesor Manuel Mamani

Ha colocado su sello con la creación del Ballet Folclórico de la UTA y con la realización de la Festiandina.

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Eentre las anécdotas que tiene Manuel Mamani en su larga bitácora como estudiante, profesor, académico y, sobre todo, director del Ballet Folclórico de la UTA (Bafut), está que en Santiago, donde estudió en el Conservatorio de Música de la Universidad de Chile, confundían su apellido como si fuera de origen extranjero por la pronunciación.

Sin embargo, este Hijo Ilustre (nombrado en junio del 2011) está más que orgulloso de sus orígenes aymaras.

Nacido en Guallatire, en la actual comuna de Putre, ya a los pocos años cuando era niño dominaba prácticamente la mayoría de los instrumentos andinos y de bronce.

De hecho, formó un grupo con varios niños de su pueblo y realizaron giras por la entonces Primera y Segunda Región.

Después, cuando entró a cumplir con el Servicio Militar en el Regimiento Rancagua, creó hasta un coro siendo su director y mostrando ya sus dotes para conducir conjuntos musicales.

Sus estudios en Santiago le sirvieron para ser llamado con la misión de colocar el arte y la cultura en la nueva sede de la Universidad de Chile en su querida tierra nortina.

Pero sin duda que sus logros que más huella han dejado son la consolidación del Ballet Folclórico de la UTA, con el cual ha recorrido el mundo entero y las 11 versiones de "Festiandina".

Sin embargo, una de las tradiciones que más conoce y ha investigado son los carnavales, porque desde niño los ha sentido y vivido junto a su pueblo.

Y justamente en esta semana, donde se están celebrando en todas las localidades es que resalta cuál es el origen y sentido de esta fiesta.

Para Manuel Mamani, el carnaval es un evento tradicional de ritos y festejos de carácter mítico-religioso del área andina del norte.

"Es la temporada de reflexión y manifestación de culto a las deidades de la naturaleza, consideradas entes tutelares del cosmos con poderes sobrenaturales que pernoctan en las montañas, cerros y precipicios del alto andino", asegura.

Afirma que el sentido de esta festividad es que la comunidad aymara rinde culto a las entidades sagradas por las acciones benéficas realizadas en favor de la población andina, como la protección de fenómenos adversos a la producción de agro y reproducción de ganados.

Mamani, recuerda que en esta semana, el Carnaval, como personaje simbólico, baja de las montañas más altas, precipicios, barrancos o emerge de las profundidades de las quebradas o lagunas, según características geográficas de cada poblado, de donde emerge y desciende, junto a la comunidad con música y bailes, convirtiéndose en el ente central del festejo y se hace merecedor de culto y ofrendas.

El profesor e investigador afirma que "la juventud también tiene su espacio para disfrutar sanamente del carnaval, respetando las costumbres y tradiciones que comparten con sus padres y familiares, organizando su propio festejo juvenil aymara, con otros ritmos de música popular y folclórica, como cumbias andinas. Estas actividades las realizan en los albergues de juntas de vecinos del poblado".

Mamani expresa que unos de los personajes característicos de estas fiestas es el "Ño carnavalón", cargado por un varón en Codpa, que participa activamente junto a la comunidad.

"En el pueblo de Socoroma, el "Ño Carnavalón" va cargado sobre el burro, como personaje infaltable en las visitas a los vecinos del pueblo. En otros pueblos, como Chapiquiña, Guallatire y Ticnamar, es representado por el awki y tayka (una pareja humana) con disfraces y mascarillas para diferenciarse de la gente; es decir, son símbolos del carnaval a los que la comunidad rinde culto en el área andina".

Asimismo, indica que uno de los días en que se lleva a cabo uno de los rituales más masivos es justamente el martes, día central de la celebración de carnaval, en el que se acentúan los ritos y festejos a los entes tutelares.

"La música y la danza toma mayor esplendor, se colocan elementos rituales y decoración como demostración de aprecio a los invitados especiales y comunidad, por ejemplo, coloca serpentinas, papel picado, etc. En la mesa ritual se encuentra los elementos rituales y los frutos de la zona", revela.

Después de una semana cuenta que se realizan los ritos y festejos de cacharpaya (despedida) de carnaval.

"Es todo un recuento y de satisfacción de la gente por haber cumplido con las tradiciones. Como finalización de la fiesta, hay tristeza y melancolía", afirma.

Lo que sí estamos seguros que no terminará nunca ni habrá caharpaya, es para el talento y sabiduría de este investigador, parte del patrimonio. ¡Jallalla, don Manuel! J