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Rod Stewart mostró elegancia en el festival

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l Luego que el año 2002 ninguneó al Festival de Viña, Rod Stewart saldó la "deuda" que tenía con el certamen y se presentó anoche, en una jornada en la que se llevó todos los premios, mientras era ovacionado por miles de fans.

El escocés demostró que no hay rencores posibles ante una figura de su tamaño, que intenta imprimir en calidad superior las mejores páginas de su pasado, para gusto de un público mayoritariamente adulto y con paladar de salón, que se siente a gusto cuando nota que se ha cuidado cada detalle.

Eso es lo que Stewart hace, y lo evidencia desde la largada con "This old heart of mine", pese a ciertas obstrucciones en el sonido, que por momentos hacen apenas distinguible la contenida voz del artista en el interior del anfiteatro, así como otros matices de su nutrida orquesta.

Así, "Young turks", "Baby Jane", "Forever Young" (junto a su estupenda hija Ruby) y "Da ya think I'm sexy?" encontraron avasallodora respuesta, al igual que la íntima "Talk about it", una de las que interpretó junto a un septeto chileno de cuerdas. Punto aparte para "Hot legs", el momento en que al escocés le da por regalar balones de fútbol, y que sumió al público en localizados duelos por hacerse de uno.

Carola de Moras sacó la cara por los animadores y entabló conversación en inglés con el escocés, a quien le explicó en qué consistían los premios. J