Secciones

Aventuras con la mochila de compañera de viaje

E-mail Compartir

Aventura, paisajes, cultura y experiencia es lo que ganan los cientos de jóvenes que decidieron juntar un poco de plata en el año y agarrar su mochila para disfrutar sus vacaciones de una forma muy particular, mochileando.

Las claves para disfrutar de la travesía del viaje con "pocas lucas" es organizarse bien, regatear, tener carpa o cocinilla para ahorrar dinero en Chile y mantenerse con una mentalidad positiva para pasarlo bien.

Massiel Torrejón y Jorge González se encontraban en la salida sur de la ciudad haciendo dedo para volver a sus hogares en la Quinta Región, luego de visitar diferentes parajes de Perú y Bolivia.

"Conocimos el lago Titicaca, Copacabana, la Isla del Sol, la de la Luna, las islas flotantes, Amantaní, Taquile, Arequipa, Puno y La Paz, para salir de Chile nos demoramos tres días eso sí, hicimos dedo desde Valparaíso hasta Arica", comentó Massiel, quien agregó que acamparon en Copiapó, Antofagasta e Iquique, en las áreas verdes de bencineras.

Esta es la tercera vez que viajan de esta forma, anteriormente su destino fue el sur de Chile, "hemos tenido buenas experiencias así que vamos preparados a eso y nos incentivó a seguir viajando. Estuvimos dos semanas en Perú y Bolivia con 300 mil pesos, allá nos quedábamos en hostales donde el más caro costaba ocho mil pesos. La carpa la trajimos para Chile, porque acá todo es más caro", explicó Massiel, quien es oriunda de Quillota.

Lo que más rescató Jorge de esta travesía fue conocer nuevas culturas, "estar compartiendo con la gente nativa de allá, con los quechuas, los aymaras, aprender de ellos. Cuando uno viaja también se conoce a sí mismo, nosotros somos pareja y viajar juntos significó que hubo roces y discusiones, pero crecimiento".

Los jóvenes confesaron que siendo este su primer viaje internacional, extrañaron a la gente de Chile, "el chileno da la mano cuando uno lo necesita de verdad, en Bolivia tuvimos la mala suerte de encontrarnos con gente que le tiraba mucha mala onda a los chilenos y siempre nos querían cobrar demás, pero Perú fue todo lo contrario, nos trataron súper bien", comentaron mientras esperaban que algún automovilista los llevará por la carretera.

En su corta estadía en Arica, aprovecharon de disfrutar las aguas más templadas que las que hay en la zona central, "la Chinchorro es súper buena playa, hay una plataforma bastante grande para poder bañarse, uno está tranquilo y hay hasta tortugas, pero parece que es caro para comer. Nos gustó conocer Arica", manifestó Jorge, mientras que Massiel indicaba que en este viaje compartieron con otros mochileros que les contaron sus experiencias y quedaron con ganas de conocer muchos más lugares.

Jorge ahora vuelve a Valparaíso a buscar trabajo, porque está recién egresado, mientras que Massiel vuelve a defender su título.

Mientras que Massiel y Jorge ya van de vuelta de su viaje, Constanza y Felipe están recién comenzándolo.

Los jóvenes de Rancagua llegaron por la tarde a la ciudad y acamparon en playa el Laucho, donde antes de ir a recorrer la ciudad, se dieron un chapuzón, "nos vinimos en bus, pero paramos antes en La Serena, donde también conocimos el valle, no hicimos dedo, porque nos quedan pocos días de vacaciones", comentaron los jóvenes, mientras caminaban para llegar a la playa Chinchorro.

El destino de estos jóvenes es poder llegar a conocer a una de las siete maravillas del mundo, las ruinas de la civilización inca de Machu Pichu, "queremos conocer Perú y ojalá alcancemos a conocerlas. Estamos medio apretados de tiempo y recién empezando", explicó Constanza Herrera, quien es estudiante de educación parvularia en la Umce (Universidad Metropolitana de las Ciencias de la Educación), mientras que Felipe Salas es estudiante de pedagogía en historia en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

El grupo de amigos de Camilo, Carlos, Lucy, Sebastián y Rachel salió desde Collipulli hasta Perú y ya vienen de vuelta de su viaje, pero tienen una última parada en su itinerario, el salar de Uyuni, en Bolivia.

La última semana de enero partieron su viaje en el sur del país y tuvieron la suerte de que los llevaron a los cinco juntos, demorándose sólo tres días para llegar a la frontera, "los camioneros cuentan hartas cosas de su vida, se sienten cómodos, a uno le agarramos harto cariño, nos llevó de Santiago a Antofagasta, de hecho nos dejó su número para volver con él", indicó Sebastián.

Su impresión en Perú fue que al notar que eran chilenos les trataron de cobrar más, "nos querían cobrar 20 soles en un taxi que sale seis, si eras blanco te subían altiro el precio. Todos somos estudiantes y no tenemos mucho dinero, pero ellos tenían la percepción de que el chileno tiene plata", explicó Carlos.

Los jóvenes con 200 mil pesos pudieron salir y disfrutar dos semanas en Perú, recorriendo durante el día y viajando en bus durante la noche para no pagar hostales, si les faltaba dinero hacían malabares o hacían música con tambores.

"Regateábamos y andábamos con una cocinilla. En Machu Pichu caminamos lo que más pudimos", explicó Lucy.

Camilo dijo que la fórmula para que el viaje "funcione y la plata rinda es organizarse, con el grupo ha resultado porque todos hacemos algo".

Lo que más rescatan los jóvenes de esta experiencia fue conocer la cultura del país vecino.

El único inconveniente que tuvieron fue que uno de los integrantes del grupo se enfermó en Perú y en el hospital le estaban cobrando muy cara la atención por ser extranjero, "debería haber un acuerdo y unión entre los países de Sudamérica para garantizar esa atención a todos sin importar la procedencia", dijo Sebastián.

Los jóvenes estuvieron sólo de paso en la ciudad y se dieron cuenta de una de las principales falencias, la falta de cuidado con la basura, "faltan basureros, toda la gente que pasa por aquí la deja tirada. Nosotros que andamos con carpa nos preocupamos más de dejar limpio que los mismo ariqueños", criticó Carlos.

Lo que sí rescataron de la ciudad de la eterna primavera fue la tranquilidad y sus playas. J