Festival de Viña
Han surgido muchas declaraciones de las buenas y de las otras ante la lluvia de festivales a lo largo del país, en realidad "son como muchos", pero la verdad es que si se analiza lo que significa la palabra festival, en palabras simples, es una fiesta, por lo que es natural que cada comunidad tenga la suya, a su manera, que invite y premie a quien quiera, por lo que es muy difícil poder compararlos entre sí, algunos solo viven un verano, otros se acomodan a las circunstancias, también están los que se autodenominan de raíces nacionales y terminan bailando al ritmo de "las tumbadoras" y los que hacen grandes esfuerzos por traer artistas que ya estaban escribiendo sus memorias o contándoles sus "recitales" a sus nietos, eso es una cosa, otra muy diferente es cuando hablamos del Festival de Viña del Mar, pero cuidado, también él tuvo sus comienzos bien domésticos, el tiempo, la experiencia, las personas le han dado la imagen que tiene hoy en el mundo musical, desde sus comienzos ha tenido jornadas memorables, otras para olvidar, otras para destornillarse de la risa, digamos que ha sido como la vida misma, en unos días Viña tendrá festival, con un monstruo "ni ahí", una parrilla recargada de "experiencias", muchas repeticiones de plato, obviamente los desconocidos de siempre, pero se nota que intentarán revivir al "monstruo", para lo cual le ofrecerán una variada carta de humoristas, en resumen, cada festival tiene identidad propia, son incomparables entre si y lo único que persiguen es ser verdaderas fiestas para todos…
Luis Enrique Soler Milla