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2.100 familias ariqueñas sueñan con la casa propia

Estos ariqueños están en proceso de recibir un subsidio por Serviu, mientras cientos más todavía no pueden acceder al beneficio.

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Las delgadas paredes de la casa donde vive Helga, no pueden evitar que los ruidos que vienen del exterior los dejen conciliar el sueño ni a ella y ni a su esposo. Tal vez si la bulla viniera del hogar de un vecino se escucharía menos, pero viene de la misma casa que habita la familia Rivera Riffo.

Helga Riffo, junto a su esposo y tres hijos, viven de allegados en la casa de su mamá hace más de 10 años, lo cual agradece la familia porque si no estarían arrendando, pero tienen que convivir con el resto de los integrantes del entorno y con las manos atadas de mejorar su vivienda, ya que la ilusión de la casa propia parpadea de manera intermitente en sus vidas.

"Uno tiene que adaptarse a las otras personas. Uno de los temas es la bulla; nosotros no somos de meter música fuerte, mi esposo trabaja de noche y cuando llega a dormir no descansa bien. Tampoco puedo comprarme muebles por un tema de espacio y tampoco arreglar el lugar porque nuestra idea es tener la casa propia. No podemos tener un doble gasto, entonces tengo mis cosas a medias", comentó la postulante al subsidio habitacional.

El tema de los roces en la convivencia es uno de muchos por los que tiene que pasar una familia que vive de allegados; también está la intimidad y la comodidad.

Helga es una de las miles de postulantes que están esperando la asignación de subsidios por parte del Serviu, ya que se encuentran completamente apretados en las casas de sus padres o familiares, como también en habitaciones o departamentos que apenas pueden arrendar.

Según los datos entregados por el director regional del Serviu, José Tello, actualmente 2.100 familias han presentados antecedentes a la institución y están en preparación para la postulación al beneficio; de ellos, 1.500 están habilitadas para el proceso que se realice durante el año, pero primero tiene que generarse un proyecto habitacional por parte de una empresa patrocinante.

Tello informó que hay un grupo importante de familias que ya están dentro de dos proyectos habitacionales que prontamente se comenzarán a construir.

"Se están preparando dos iniciativas importantes. Una es de 224 departamentos en la zona norte y otra de 112 viviendas que estarían siendo emplazadas en la zona norte de la ciudad también, el ingreso está estimado para finales de febrero, por lo que el primer llamado sería en el mes de marzo donde la gente podrá postular", explicó Tello.

Tello reconoció que la demanda puede ser mayor a los 2.100 postulantes que están en el banco de proyectos y ad portas de postular al subsidio. "Hay una cantidad importante de comités que se están formando en la ciudad y que una vez que cumplan con todos los requisitos, ingresan a este banco de proyectos".

La única forma de postular a un subsidio para viviendas sociales, es a través de un comité, que puede tener entre 10 a 160 familias.

Existen requisitos básicos para postular a los subsidios sociales, tales como un puntaje de la ficha de protección social inferior a los 8.500 puntos, ser mayor de edad y no haber recibido antes un beneficio habitacional; sin embargo, hay una serie de factores que hacen que varíe el tiempo de espera al subsidio ya que se evalúa el grado de vulnerabilidad del postulante y los integrantes de su grupos familiar.

"El decreto supremo 49 define las reglas de la postulación, entre ellos está el numero de integrantes del grupo, considera puntajes por edades, la situación de habitabilidad, entre otros. Mientras más vulnerable tendrá mayor puntaje", manifestó Tello.

El director del Serviu también comentó que "hay comités que en su primera postulación han conseguido ser seleccionados, pero hay muchos grupos que estando en el banco de proyectos, han postulado hasta tres veces y no han sido seleccionados, y eso los va a atrasando".

La construcción de viviendas en Arica se ha vuelto más costosa debido a los suelos salinos que encarecen la mecánica de trabajo en ellos.

"Cada proyecto debe tener un estudio de suelo salinidad. Hoy usamos un sistema de pilotaje para revisar profundidades de hasta 4 metros bajo tierra para asegurar que en el futuro las viviendas no tengan problemas de asentamiento. Hemos registrado hasta un 35% de salinidad en los suelos. Esta mecánica encarece los costos de la construcción", manifestó Tello.

Pero además de eso se ha encarecido la mano de obra y el material, por lo que actualmente la ejecución de proyectos le cuesta al Serviu más de 900 UF; es decir, más de 21 millones de pesos.

Evelyn Osorio es allegada en la casa de su madre, tiene tres hijos y estuvo esperando siete años un subsidio, pero con terreno propio: "El año pasado nos dijeron que habían subsidios para el Cerro La Cruz porque al gobierno le sale muy caro por el tipo de suelo que hay acá".

Luego de siete años le dijeron que no podía postular, lo cual les retrasó el progreso a más de 40 familias porque por el hecho de estar postulando a este tipo de subsidio, ellos no podían construir absolutamente nada. "Fueron siete años perdidos; en el camino mucha gente murió porque la mayoría eran adultos mayores y también hubo gente que se cansó de esperar, de 40 quedamos sólo 15".

En cuanto a vivienda, el tamaño es importante, porque por años la crítica de las soluciones habitacionales que entregaba el estado es que son muy pequeñas.

Ya es conocido el sobrenombre de "las casas Chubi", que fueron entregadas en Chinchorro Oriente, por ser muy chicas y de colores.

Antes la normativa permitía que la construcción tuviera una superficie mínima de 38 metros cuadrados, actualmente lo mínimo es de 45 metros cuadrados y varía según el proyecto, alcanzando incluso hasta los 55.

Los terrenos que se están trabajando para que sean en un futuro viviendas sociales, actualmente son sólo dos, uno en El Alto del Cerro La Cruz, cerca de la avenida San Ignacio de Loyola, popularmente conocido "camino a las pesqueras", y otro en el sector del Agro, donde se erradicó el campamento El Pedregal.

En cuanto al paño de El Alto, estos son propiedad de Bienes Nacionales, pero Serviu está firmando un convenio para hacer la transferencia de los terrenos.

En cuanto al sector del Agro, hay máquinas limpiando la salida del campamento y rellenando el suelo para habilitar la generación de un proyecto en ese lugar.

También está la preparación para la licitación de terrenos para un proyecto que beneficiaría a 160 familias.

Tello explicó que para analizar la cantidad de terrenos para la vivienda es necesario remitirse al plano regulador. "Hay muchos sitios eriazos que se ven factibles, pero tienen otros destinos como Monumentos Nacionales o para áreas verdes. Es importante que exista una revisión del plano regulador y además es necesario habilitar más terrenos".

Tello reflexionó diciendo que Arica es una ciudad que tiene que crecer, "no necesariamente en extensión, también tiene que crecer en altura, para ello es necesario hacer modificaciones en el plano regulador que hoy restringe mucho el tema de construcción en la ciudad", manifestó el director del Serviu.

Durante el año pasado el Serviu entregó subsidios a 1.907 familias, lo cual significó una inversión de 377.301 UF.

Sin embargo, en estricto rigor 201 familias accedieron al subsidio del fondo solidario de vivienda, porque el resto accedió a beneficios para ejecutar sus proyectos habitacionales, cierres perimetrales, al mejoramiento de la vivienda tanto en la ciudad como en el sector altiplánico conservando la idiosincracia de la zona.

Quienes lograron obtener subsidio para la casa propia también fueron los sectores medios con el sistema integrado de subsidio que benefició a 383 familias.

María Araya es una de las beneficiadas de Serviu que logró el anhelado sueño de la casa propia, pasando de vivir en un terreno en dificultosas condiciones de higiene y comodidad donde había una pieza para cuatro personas, a vivir en un departamento donde tiene privacidad y dignidad para sus hijas.

"El 2003 me inscribí en Serviu, postulé en 2005 con un comité y el 18 de diciembre de 2009 me dieron la casa. Antes de que empiecen a construir avisan que sales beneficiada, ahí yo estaba contentísima porque tenía posibilidades de tener mi casita, pero fue una larga espera mientras construían, hasta que terminaron y aquí estoy feliz", relató María.

El cambio en su vida fue muy grande, ya que recuerda que antes vivía en un terreno que tenía una pequeña pieza en la que todos los días tenía que sacar el cholguán del techo porque se desclavaba por los gatos que saltaban, "mientras espera la casa, la dueña del terreno me dio la posibilidad de estar ahí mientras tuviera al día el agua y la luz. Prácticamente era una pocilga y con lo que pude traté de arreglarla para poder estar bien".

Ahí tuvo a sus dos hijas, y esperaba a otra, "en una pieza dormía mi marido mi hija mayor que tiene discapacidad mental, mi hija que tenía dos años y yo que estaba embarazada, juntábamos dos colchones para dormir. En el baño se hacían pozas. Apenas yo me fui quien compró el terreno botó todo porque no había nada bueno, ahí pasábamos con bronquitis".

"Ahora tengo mi privacidad, mi pieza y mis hijas también la tienen. Tengo un baño decente, ahora tengo living que antes no tenía, imagínate la alegría. Además los bonos que daba la Presidenta yo los iba guardando para que cuando me dieran mi casita me fuera a algo bonito", comentó María entre risas, pero también criticó que la espera es muy larga y que el gobierno debería construir antes. "Es una burocracia estúpida, porque mientras se espera la familia crece y no hay dónde meter a más gente". J