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Miguel Schweitzer: "La Haya no se iba a impresionar porque estuvieran las relaciones tensas"

El ex canciller apoya la tesis de las "cuerdas separadas" con que trató el Gobierno el diferendo, pero aconseja revisar los términos del Pacto de Bogotá si el fallo resulta "perjudicial".

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Sin importar lo que se resuelva, para el ex canciller chileno Miguel Schweitzer, el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya por los límites marítimos podría tener un "costo" con un beneficio para el largo plazo de las relaciones de Chile y Perú.

"Lo mejor que podría pasar después del fallo es que se materializase un compromiso formal, conjunto, de ambos país de entender que todas las diferencias que pudieron existir de cualquier naturaleza territorial que pudieron haber separado a Chile y Perú queden saldadas. Si se lograra eso, cualquiera sea el fallo, sería el costo de obtener esa tremenda ganancia de tener la tranquilidad de saber que hay dos países que van a construir el futuro", dice el ex ministro de Relaciones Exteriores entre 1983 y 1984, además de ex embajador chileno ante Gran Bretaña, la OEA y la ONU.

- Si mal no recuerdo, lo que hubo ahí fue una declaración de intenciones de ambos cancilleres (…) Pero fue una declaración y no fue lo explícito, porque se pudo haber incorporado el tema marítimo. Yo creo que se debería haber entendido que estaba incorporado y así también lo entendieron las autoridades chilenas, pero ahí no faltó el creativo que aprovechándose de un memorándum del embajador peruano (Juan Miguel) Bákula enviado en 1986 al canciller chileno de la época, Jaime del Valle, en que le decía que había un tema marítimo pendiente. Jaime del Valle le contestó que de qué estaba hablando. El canciller peruano Manuel Rodríguez Cuadro, aprovechándose de esa respuesta, envió una nota formal señalando como pendiente el tema marítimo. Los peruanos interpretan que la declaración del año 1999 era sólo en lo referido al Tratado de 1929.

- Sí, creo que para el bien tanto de Chile y de Perú sería conveniente que la ejecución y la implementación del fallo contemple en su contenido una declaración explícita de que con ello se ha puesto término a todo tipo de diferencias de interpretaciones de los límites tanto terrestres como marítimos.

- La lógica dice que así debería ser (…) Una fórmula es de común acuerdo y la otra es forzada. La de común acuerdo significa que ambas partes se juntan para ver cómo se da cumplimiento (…) La otra es demandar el cumplimiento forzado y se va a un tribunal.

- Sí, la propia Corte Internacional, pero que en estos casos no tiene imperio, sino que es simplemente declarativa. La manera forzada de cumplir un fallo sería a través del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, porque es un órgano que depende de ella (…) Pero ambos países han declarado que van a cumplirlo; saben que no pueden no cumplirlo, porque se sometieron a su jurisdicción.

- Tiene suficientes recursos. Además, sería bastante poco probable que nosotros nos pusiéramos rebeldes siendo parte hoy como Miembro No Permanente del Consejo de Seguridad.

- Hay que distinguir en términos de política general y otro de política de Cancillería. Las dos cancillerías son profesionales y serias. En ambas sí se está mirando cómo es posible la complementación y la integración. Esto va de la mano de las inversiones del lado chileno y de la migración, por el lado peruano. Son temas que la Cancillería no puede dejar de considerar. Sin embargo, lo que siempre ha intervenido es que en política interna el tema de las relaciones vecinales a veces rinde políticamente. La demostración más evidente es que cuando las encuestas mostraron una baja en la popularidad del Presidente (Alejandro) Toledo, se empezó inmediatamente a gestar el tema de la demanda. Y no obstante que Alan García le había prometido a Michelle Bachelet que no iba a haber demanda, cuando empezó a bajar su aprobación en las encuestas la demanda la presentó.

- Este nacionalismo es bastante menos evidente que en otros países latinoamericanos, pero yo no descarto que en el día de mañana pudiera también influir. Pero los dos países están mirando al futuro y están en la idea de que este es el momento de aprovechar una proyección y de quitarle el tema de la vecindad y de los límites marítimo-terrestres el elemento de utilización política. Espero que se logre con el pretexto de la implementación del fallo. Si lo logramos, el costo va a quedar absolutamente cubierto por el beneficio de esta proyección a futuro.

- Mucho, desde el punto de la inversión, una inmigración peruana que puede ser trascendente, y porque en el mundo es la integración es la que da producción, desarrollo y bienestar (…)

- Sí, porque siempre es mejor el complemento que la desintegración; y otra, por una cuestión de lógica elemental: el tribunal letrado de La Haya no se iba a impresionar porque aparecían las relaciones tensas o enfriadas entre Chile y Perú. Ellos no iban a cambiar el fallo porque las relaciones estuvieran mejores o peores.

- Ese factor, no. Por el contrario, podía tener un elemento muy negativo llegado el momento de cumplimiento del fallo. Yo fui partidario de las "cuerdas separadas", pero tuve mucho temor de que en cualquier momento podía surgir un problema. Ambos países corrieron el riesgo de que en cualquier momento podría haberse encendido una chispa y provocado un incendio, pero eso era el riesgo de haber planteado la demanda, no de haberla encapsulado (…)

- No, porque no se dieron las circunstancias (…) Las cosas se manejaron con muy buen criterio y porque ambos estaban en la línea de haber encapsulado La Haya (…) Chile goza en la región de una fama de ser el estudioso, el buen alumno, el que respeta los fallos. Me da la impresión de que pase lo que pase, en Chile no va a haber una reacción destemplada (...).

- No se puede saber mientras no se conozca el fallo. La sentencia va a ser bastante más compleja de lo que la gente cree (…) Se van a dar cuenta de que no es unánime, hay una cantidad de prevenciones, votos, opiniones muy complejas, que va a haber que estudiar mucho antes de sacar una conclusión.

- Yo creo que sí, creo que el 27 van a quedar muchos con muchas interrogantes.

- Conociendo a los dos países, va a pasar un poco lo mismo. En Chile citaron al Consejo de Seguridad, luego Perú lo mismo; pasó con los ex Presidentes, con los partidos políticos… En Perú tampoco van a entender de inmediato qué ganaron, si es que ganaron, y no van a poder declararse triunfadores, porque si no miran bien los considerandos del fallo, puede que lo que ganaron en una parte lo pierdan en otra .

- Sí, claro.

- En realidad sin necesidad de ningún escenario. Habría que estudiar bien cuáles son los beneficios y cuáles son los costos. Si lo simplificara y dijera que el único beneficio es estar vinculado a la Corte Internacional de La Haya, y resulta que el fallo fue adverso, es bastante simple la respuesta. Pero si uno analiza sus otras ventajas, se puede hacer una reserva y decir que a partir de un plazo determinado artículo, no le es aplicable. Con eso basta, sin tener que irse del Pacto. Pero repito, es un tema que hay que estudiar antes de apresurarse a dar la respuesta.

- No he mirado en detalle cuáles son las grandes ventajas…

- No, porque creo que si esta experiencia nos resulta "perjudicial", yo creo que es una obligación revisar el Pacto de Bogotá. Si a la inversa, resulta que el fallo del tribunal nos favorece, se ajustó a derecho, aplicó el derecho como nosotros pensábamos, estamos bien y no tendríamos que revisar nada.

- No, yo me quedo o me voy de la liga por otro motivo, que es la que hay que revisar: estar sometido a una jurisdicción internacional que no tiene recurso de apelación es grave, por muy famoso, por muy jurídico y reputado que sea el tribunal. Es cierto que alguien puede decir: adónde se puede recurrir más arriba de La Haya. Pero no, hay que buscar una fórmula, un comité de Naciones Unidas que revise las circunstancias no sólo jurídicas, sino también políticas. Desde ese punto de vista, sí es conveniente revisar los términos del Pacto de Bogotá.

- Absolutamente. J