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El arte del mosaico para poder intervenir lo urbano y dar un rostro más alegre a la ciudad

Profesora de este arte incentiva con taller a botar el estrés y relajarse creando hermosas piezas con cerámica

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Muchos esperan las vacaciones para sacarse el estrés, pero no son pocos los que una vez que salen de su trabajo, no encuentran algo entretenido y útil en que ocupar ese tiempo libre que en algunos casos se extiende por todo el verano.

En ese sentido y no sólo para esta época, sino que desde hace tiempo en nuestra ciudad, surgió un taller denominado "Arica Mosaicos".

Detrás de esta iniciativa que recoge ese arte que viene del Medio Oriente, pero con gran impacto en Europa y América en los últimos años, está la gestora y creadora del taller, Carolina Guerra Olmos.

Según cuenta ella misma, en un momento de su existencia sintió la necesidad de botar el estrés que da la vida en estos tiempos de vértigo, donde pocos se detienen a pensar o compartir las cosas simples.

Fue así que primero aceptó el desafío de participar en un curso de cerámica artística en la Universidad de Tarapacá, lo cual sería la base de su posterior proyecto.

Este fue que con los conocimientos adquiridos se atrevió con la técnica del mosaico, algo que siempre le llamaba la atención por la posibilidad de crear obras de arte dedicando tiempo y paciencia.

Luego de sus primeras creaciones, Carolina decidió que todo ese bagaje no podía guardárselo y decidió que era momento de entregar sus conocimientos.

Para ella el arte del mosaico "es una excelente terapia que permite relajarse y alejar el estrés, algo apto para toda edad".

Luego de hacerse conocida en el medio, es que fue invitada a participar en la última Escuela Cultural de Verano organizada por el Consejo Nacional de la Cultura y la Universidad Santo Tomás.

Es en esta instancia donde junto a sus alumnos, dieron forma a un monumental mosaico que será usado como mural en la sede universitaria y que trata de un árbol que representa las etapas en la vida de un ser humano.

La obra mide más de dos metros y es uno de los grandes orgullos de este taller brindado en la Escuela Cultural.

Carolina cuenta que en el taller básico tomaron parte personas que nunca habían tenido contacto con manualidades y fue así que aprendieron a usar herramientas, a reconocer elementos para hacer los mosaicos como la madera y seleccionar colores.

En el caso del taller avanzado eran personas con algún grado de conocimiento que estuvieron en el curso del año pasado.

En ese caso, contó que se realizaron diseños con figuras, que requieren de una técnica más depurada.

"Acá se debe sacar un pétalo, un rostro, una mujer, una iglesia, un pez, y también estuvo el taller de los niños, que es más de entretención, sobre todo con el uso de colores", expresa la profesora.

Para Carolina Guerra, los desafíos son darle continuidad a su propio taller de mosaicos y crear proyectos para intervenir lo urbano.

"Quizás no tengamos acá un Metro, pero sí tenemos una linda Iglesia, está el Morro y la misma subida, donde se puede hacer una obra preciosa; o en la ex Aduana, porque necesitamos embellecer la ciudad con el arte del mosaico", manifiesta la artista.

Respecto de alguna obra "regalona" o su favorita, cuenta que "bueno, hay una que siempre quieren comprarla, pero como fue mi primer trabajo, no está a la venta y se trata de un parrón hecho principalmente con cerámica, todo reciclado".

Afirma, además, que el arte del mosaico, cumple con varias funciones como es intervenir los espacios urbanos en forma artística, y también las obras sirven para regalos como cumpleaños, bautizos, ya sea en formas diferentes.

Otra de las ventajas de un mosaico, según asegura, es que duran en forma indefinida y no se dañan al ser cerámica de alta resistencia.

Y uno de los secretos, en especial para los más gorditos, es que en el caso de los espejos con mosaicos, las personas se ven más delgadas.

Finalmente, por estos días, se lleva a cabo en la comuna de Puente Alto, un encuentro internacional con afamados exponentes de este arte y el sueño de Carolina Guerra, es que algún día, Arica sea también sede del evento.

Por ahora, ella seguirá adelante con su taller donde muchos han encontrado la paz del espíritu. J