Debemos aprender a convivir con el río
Tal como ha ocurrido desde que los ariqueños tenemos memoria, el río San José llegó nuevamente a la costa local y con él, se hipoteca el turismo en una de las zonas más concurridas por ariqueños y visitantes.
Apenas ocurre este fenómeno producido por las lluvias estivales que arrecian a la provincia de Parinacota por estos días, se pone al río casi en el banquillo de los acusados, cargándole la culpa de ser el principal responsable del fin del turismo en el borde costero norte de la comuna.
Pocos saben que son las bajadas del río las principales fuentes de sedimentos que permiten la sostenibilidad de todo el sector de Chinchorro y Las Machas, tal como lo han establecido los estudios en la zona; y a medida que la bajada sea intensa, como la ocurrida el año 2011, el sector se puede abastecer de sedimentos, que son necesarios por el continuo desgaste de la superficie de la playa, producto de las marejadas y corrientes. De acuerdo a esos estudios, se ha podido establecer que Chinchorro y Las Machas hayan perdido el 65 por ciento de arena desde 2003 a la fecha.
De ahí que no se le puede deslindar toda responsabilidad a un río, que lo único que hace es avanzar limpio desde Parinacota, pero que a medida que se interna en Arica arrastra basura, escombros y desperdicios que los mismos vecinos de los sectores aledaños al cauce arrojan en forma irresponsable.
Es en este punto que debemos detenernos y cuestionarnos como sociedad, porque no sabemos cuidar nuestros espacios públicos. Para qué decir de nuestras áreas verdes y zonas protegidas como el Humedal, donde personas sin escrúpulo concurren a hacer asados, ensucian el sector y ponen en jaque los nidos de las cientos de aves migratorias que habitan ahí.
Es necesario que las autoridades efectúen limpiezas periódicas en el cauce del San José, pero este trabajo también debe ir de la mano con una campaña entre los vecinos de las poblaciones aledañas al río para que no boten basura y escombros.
Tenemos que saber convivir con el río y saber cómo reaccionar cada vez que llega a la costa.