Resguardan el orden y la seguridad pedaleando
Cuentan que lo más suave que les gritan en la costanera es el ya famoso "buenos días, buenas tardes".
Cuando todos disfrutan de sus merecidas vacaciones en las atractivas playas ariqueñas, hay un grupo de cuatro carabineros que montan desde muy temprano en sus bicicletas y comienzan a recorrer el litoral, con el fin de darle tranquilidad a los visitantes, turistas y bañistas que chapotean en las playas locales.
Según cuentan Óscar Soto, de 23 años, y su colega Jonathan Fuenzalida, de 26, todos los días salen desde su lugar de residencia. "Tomamos nuestras bicicletas y nos vamos a custodiar la seguridad de las personas que vacacionan en esta ciudad. Al contrario de muchos de nuestros compañeros tenemos muy poco material de disuasión, por lo que debemos ser precavidos en cada operativo que efectuamos".
Detallan que diariamente recorren cerca de 40 kilómetros, "eso es en los días que tenemos más trabajo, porque cuando el día está relajado no sumamos más de treinta. Sin embargo, todos los días llegamos muy agotados y a puro dormir al departamento de soltero de Carabineros donde pernoctamos. Pero lo primero que hacemos es darnos una buena ducha, después nos alimentamos un poco y de ahí no sabemos del mundo", cuenta el carabinero Soto, que llegó desde la ciudad de Villarrica a custodiar la tranquilidad de los ariqueños.
"Yo llegué hace dos años a esta ciudad y vine para sacar mi carrera de funcionario policial. El año 2012 me gradué como carabinero y ahora desarrollo mi labor montado sobre la bicicleta, que a diferencia de un carro policial o una moto nos permite movernos por todos lados y conocer la realidad de la calle".
Relató que junto a su compañero Jonathan Fuenzalida, que llegó desde Curicó, se hicieron amigos mientras eran simples aspirantes al uniforme verde. "Con mi colega que recorro la playa nos conocimos en la escuela y nos hicimos muy buenos compañeros de trabajo, fue tanto así que nuestro mayor Paul Oliva nos ofreció esta labor en verano, vigilar toda la costanera ariqueña".
Trabajo que en más de una ocasión le ha provocado desgastes musculares y calambres, "con decirle que una vez iba a tomar un procedimiento, tenía todo listo y cuando voy a sacar el lápiz para anotar los datos, me dio un calambre en el muslo y pantorrilla y no me pude parar, y eso se debe al desgaste que tenemos. Por esta razón es que el alimento es primordial para realizar esta labor".
Desde esa vez que los plátanos, cereales, leche, pescado, pechuga de pollo, pastas, arroz, bebidas isotónicas y cuanta cosa exista para evitar los calambres son infaltables en su dieta.
Pero entre tanta gente que tienen que proteger, no faltan aquellos que no los respetan y cada vez que pasan les dicen alguna palabra indebida. "La verdad es que nos gritan de todo en la calle, desde ahí van los Pacific Blue o cuando vamos rápido nos dicen "buenos días, buenas tardes", pero no le damos importancia, porque así como hay gente que no nos respeta, hay otros que nos saludan y se sacan hasta fotos con nosotros, lo cual es un reconocimiento a nuestra labor como funcionario policial", comentó.
Ni siquiera el cansancio de estar cerca de 10 horas montados en su bicicletas detiene a estos carabineros en su labor de dar la seguridad y tranquilidad a la ciudadanía.
"Nosotros a veces llegamos más rápido que las motos a ciertos procedimientos y eso se debe a que la bicicleta se puede meter por todos lados, pero reconozco que es cansadora esta labor, porque tienes que controlar a un grupo de personas con las herramientas básicas de un carabinero", comentan.
Entre sus enemigos destacan los pinchazos de neumáticos, fallas en las bicicletas y un perro pitbull del parque Vicuña Mackenna. "Cada vez que pasamos por ahí el perro nos sale siguiendo y nos trata de morder. Él, junto a las imperfecciones de las bicicletas, son nuestros enemigos a la hora de cuidar a la población de los malos ratos. Y entre los procedimientos que más efectuamos están las detenciones por beber alcohol en la vía pública y por consumir drogas en la calle. Al pie del Morro siempre pasan esas situaciones. Lo demás es todo normal, salvo el perrito que ladra y nos trata de morder". J