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Reeditan viejo libro que da claves del matrimonio

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l Jilly Cooper escribió, en 1969, el polémico libro: "Cómo permanecer casados". Y se acaba de reeditar 44 años después con la misma polémica. Según el libro, los hombres deben traer la plata, las mujeres deben preparar la comida. Las mujeres no deben dejar que sus maridos las vean trabajar mucho en la casa: lo deben hacer mientras él no esté. Si una mujer se niega al sexo por dos días seguidos, el hombre tiene permiso para la infidelidad. Las mujeres no deben tener pelos visibles. Deben estar siempre perfumadas. Y darle todo lo que quiera en la cama. Pronto estará a la venta.J

Neomachismo en alza: ¿Vuelve el cavernícola?

El tema cobra fuerza en la crianza. Los padres retoman el machismo a la hora de educar.

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l Medios Regionales

Parecía que el siglo 21 traería la igualdad en los géneros, pero el plan ya presenta obstáculos. En respuesta al brote asexuado del movimiento metrosexual surgido a fines del siglo 20, con hombres obsesionados por feminizarse, desde hace unos años ha tomado fuerza el nuevo machista. Unos le llaman el macho alfa, aunque ahora el apodo que recibe es, simplemente, el "neomachista".

Y donde el tema toma mayor consistencia es en la crianza actual. Los sicólogos han observado que el hombre cambió un poco su rol inactivo. Ya no es el tipo que llega del trabajo y exige que le traigan las pantuflas. Hoy el hombre participa en tareas entretenidas: "Hablan más con sus hijos, están más en contacto, y buscan conocerlos", dijo a la prensa el sicólogo Francisco Aguayo, director de Masculinidades y Equidades de Género (EME).

El vacío ocurre en las tareas domésticas: los hombres no han sido criados para lavar la ropa o picar verduras. Y por eso, el neomachista se acomoda en entretener.

"Yo no mudo", cuenta Felipe, un padre reciente, "pero juego a la lucha libre con mi hijo". "Yo le trato de enseñar a pegarle a la pelota", añade Mariano. "Yo no lavo, porque no cacho de máquinas, pero la llevo al columpio todos los días", asegura Mauricio. Todos ellos fueron criados por madres que obligaban a sus hijas a levantar la mesa, mientras los hombres seguían charlando.

La generación anterior es la causa esencial del machista contemporáneo. El 33% de los padres recientes jamás lavó ropa en su vida. Otra causa: aunque la mujer ha ingresado al mundo laboral, su acceso aún es menor en comparación al hombre. El hombre, entonces, por defecto y por el aporte de sus ingresos, todavía siente que es el rey. Ya no exige que le traigan las pantuflas, sólo se pone a jugar con sus hijos, mientras la mujer lava la ropa.J

Tener siempre la razón podría ser muy peligroso

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l El psicólogo norteamericano Drew Western analizó el tema y concluyó, tras un sofisticado experimento, que es sumamente dañino para el cerebro tener siempre la razón. Western, previo a las elecciones de 2004 en Estados Unidos, juntó a partidarios de George Bush y John Kerry. Les mostró videos en que los candidatos se contradecían y se expresaban mal. A juicio de Western, lo que hicieron los dos grupos de partidarios fue cerrar el cerebro en los momentos adversos. Eso, afirma el experto, produce que siempre tener la razón, a la larga, llevaría a perder la razón. J