Secciones

La benéfica chirimoya

La fruta andina de la familia de las Anonáceas, es especial para la hipertensión arterial.

E-mail Compartir

¿Quién se ha podido resistir a una chirimoya por ejemplo de la Serena con esa pulpa refrescante y muy aromática?. Seguro que pocas personas pueden decir que no a esta fruta andina que proviene del árbol chirimoyo de la familia de las Anonáceas (Annona Cherimola Mill) la cual consta de unas 800 especies arbóreas. Su nombre deriva de la palabra quechua chirimuya y su crecimientos es en lugares elevados. Hace muchos años los primeros descubridores la denominaron el "manjar blanco" No es una solamente una fruta fresca para consumo directo sino que se pueden elaborar mermeladas, jugos, batidos y helados. Para evitar que se ennegrezca la pulpa, debemos de rociarla con un poco de jugo de lima o limón. Si nos fijamos en su composición, la chirimoya posee una gran cantidad de carbohidratos (20%) donde predominan los azúcares simples como la fructosa, glucosa y sacarosa. Su contenido en agua también es elevado y por el contrario es pobre en grasas y proteínas. Tiene numerosos compuestos volátiles, predominando los ácidos octanoico y hexaenoico, que le dan ese aroma tan agradable y característico. Destaca el contenido elevado de potasio y bajo en sodio, vitaminas C, A, B6 y ácido fólico. También contiene fibra que mejora el tránsito intestinal y da un mayor poder saciante. El potasio le confiere un papel beneficioso sobre la hipertensión arterial. Pero dicho contenido en potasio debe ser tenido en cuenta en las personas que padecen insuficiencia renal, limitando su consumo.