Especialistas advierten la posibilidad de que se deje una "puerta abierta" al cohecho.
"Si el señor Zañartu saca mayor número de votos que los otros candidatos, los mismos números (repartidos como estímulo adicional junto a la 'gratificación' entregada a los electores que voten por él) servirán para la rifa de una yunta de bueyes". Avisos como este -citados hoy por la historia- eran nada infrecuentes en la prensa hasta principios del siglo pasado, cuando el cohecho era parte fundamental del escenario político chileno, especialmente en el campo.
Este bucólico escenario de oferta y compra de votos comenzó a extinguirse con el establecimiento de la cédula única en 1958. ¿Para siempre? Según alertan expertos electorales, en pleno siglo XXI surgen desafíos a partir de nuevos fenómenos que podrían abrir la sombra de riesgos en este plano, que van desde los llamados a inscribir mensajes o siglas en el sufragio a la práctica de fotografiarlos en la intimidad de la caseta de votación. "Es complejo el tema de llamar a marcar el voto", advierte Gonzalo Müller, cientista político, académico e investigador de la facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), quien se refiere así la actual campaña "Marca tu Voto" lanzada por defensores de la convocatoria a una Asamblea Constituyente. J