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Acá le contamos qué pasó con este accidente donde no hubo ni un rasguño

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l Una Nissan Terrano semi destruida, tres zapatos de mujer de distinto número en el pavimento y un par de botellas de cerveza vacías.

Ese era el panorama entre las 11.45 y 12.40 horas de ayer, frente al Terminal Rodoviario, tras un accidente de tránsito ficticio programado por Carabineros, Senda y el Gobierno Regional, a modo de campaña para evitar los accidentes que involucren volante y alcohol, sobre todo para estas Fiestas Patrias.

"Control Cero Alcohol" y la Ley Tolerancia Cero buscan crear la conciencia del autocuidado, asunto que según la directora del Senda, Paula Bravo, se ha logrado, "ya que actualmente, de 20 personas fiscalizadas, 19 cumplen con la ley", dijo.

En tanto el general de Carabineros Norberto Abarca, el intendente José Durana y el gobernador Patricio López iniciaron un recorrido al pie del Morro, específicamente en el sector ramadas, para la planificación de los servicios por la fecha. J

Fogata mal hecha dejó a padre y sus dos hijos en la calle

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l La hora de almuerzo menos grata fue por la que pasó un jubilado de 84 años, quien pretendía prender leña para cocinar, en la parcela número 36 del kilómetro 12 del Valle de Azapa donde vive desde hace tres años.

Pablo Yugar Huarachi intentaba prender el fogón, cuando la falta de madera lo obligó a recoger algo más a un par de metros atrás de su casa, mismo momento en que se percató que la fogata inicial se había expandido por dos piezas, las que terminaron destruidas por completo.

Del humo se percató Carabineros del Retén Azapa, mientras que Bomberos de la Séptima Compañía arribaron al lugar, evitando que el asunto fuera peor y que las llamas se expandieran por el resto de la parcela, perteneciente a una mujer de 66 años, quien le arrendaba la vivienda al jubilado, y quien avaluó las pérdidas en 700 mil pesos. J

"Él prendía la tele y si veía alguna noticia de abuso más se hundía"

Habla la esposa del auxiliar que se quitó al vida tras ser acusado de abusar a una niña de 3 años.

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El 7 de agosto último y luego de que Ana, la esposa de Juan Carlos Moraleda Berríos, se las sufriera todas tras enterarse que el hombre de 59 años se había quitado la vida por ser acusado de abuso contra una menor de 3 años en el Colegio Hispano donde trabajaba como auxiliar, notó extraño que dentro de las varias cartas que la víctima le había dejado a sus hijos, nietos y hasta la PDI, no hubiese una para la mujer que lo acompañó por 41 años.

Pero todo eso se aclaró para Ana, cuando con el cuerpo molido, fue a recostarse, y al levantar cobertor, frazada y sábana, encontró la misiva que el hombre que alguna vez fue formalizado, quedó libre y nunca alcanzó a oír el fallo de su juicio.

"Me emocioné. Pero al mismo tiempo me dio impotencia, porque se fue esperando que fuera absuelto", recuerda hoy.

"Él estaba mal, deprimido. Todos los días se iba más abajo. Prendía la tele y si veía o escuchaba alguna noticia relacionada con abuso sexual, más se hundía".

- Me decía Yo siempre le respondía que el tiempo le iba a dar la razón, pero ese tiempo se hizo muy largo.

- ¡Quién no lo apoyó! Todavía tengo una lista con todos los apoderados, profesores y hasta alumnos que vinieron a ver. Desde la directora hasta sus colegas. Imagínese que él trabajó ahí desde que se inició el colegio, hace 20 años.

- Nada, no puedo tener rencor. Ojalá que esto no lo viva nadie más y que ella piense en lo que hizo. Creo que lo peor para él fue no saber nunca el resultado de su sentencia. Mi esposo se llevó a la tumba su inocencia y varios, hasta quienes menos le creían al principio, saben que eso fue siempre así. J