Este hombre no dice: la Unión es todo, le debo la vida, todo por ella. Tampoco llora con la obtención de un campeonato. Este hombre destaca por la prudencia, ama a su club, lo sigue desde el tablón, pero piensa que el fútbol, en el fondo, no rige su existencia. Y así él, Patricio Hidalgo, escritor, 32 años, con una pierna en la mesura y otra en el fanatismo, escribió el libro más rojo del año.
Se llama "Soy de la Unión" (Lolita Editores) y se trata de un sentimiento.
"Somos un equipo chico", dice con orgullo. Y eso, aclara, lo disfruta. Por algo, dice, "Furia Roja", la serena barra del club, la que no tiras piedras, sino únicamente garabatos, le hizo un homenaje hace unos días: le regalaron un diploma por escribir el libro rojo. Hidalgo reclama con el pecho inflado: "No me imagino a Pancho Malo confeccionando un galvano para premiar a un escritor colocolino". Unión tendrá pocos hinchas, pero tiene educación.
- Y Unión tendrá pocos hinchas, pero estamos en todo Chile- avisa Hidalgo.
- Supe que cuando la Unión ganó el último título, un hombre salió a festejar en la plaza de Punta Arenas.
El libro, que forma parte de una escalada de libros futboleros que sacará Lolita Editores (el próximo será "Soy de la U" de Francisco Mouat), lo transformó en un hito en la hinchada. Ahora Hidalgo va vestido de español al estadio y encabeza las puteadas.
En la cancha evidentemente Hidalgo se torna un animal por noventa minutos y le saca la madre a todo lo que se mueva. Al salir del estadio se vuelve humano otra vez.
Dice que el Coto Sierra es el ídolo máximo, pero se conmueve al referirse a Honorino Landa, el símil oscuro de Tito Foullioux.
Dice que lloró una vez, cuando el club se salvó del descenso. Lo califica como un llanto de hombre. Y la voz se le quiebra cuando recuerda al poeta de la Unión: "Cuando escribía el libro, antes de sentarme frente al computador, escuchaba el discurso que Julio Martínez dijo en la Teletón. Funcionaba como charla motivacional".
UN CONVERTIDO
- ¿Es verdad que usted fue de la Católica hasta los doce años?- preguntamos.
- Cuando chico uno hace puras huevadas.
Su abuelo era de Unión y él, por seguirlo, cambió de equipo a tiempo. Un día su papá le regaló un curso de arquero con Pato Toledo, héroe cruzado, y él, indignado, como un prospecto de rojo, rompió el papel. Dice que sufre, pero con control. Que Sebastián Jaime es malo, pero también bueno. Que Jorge Segovia también es malo, pero eficiente. Que los rojos están en todo el país, son pocos, pero existen. En fin. Si los equipos chicos apenas salen en las noticias, más raro aún es que protagonicen un libro.