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El orgullo de los feriantes que pasaron de la calle a tener su propio y moderno mercado l Acerca del nombre del mercado es en homenaje al ex Presidente Carlos Ibáñez del Campo, que impulsó el Puerto Libre y la Junta de Adelanto de Arica, verdaderos motores del desarrollo y poblamiento de la ciudad. Miguel Jiménez, agrega que están contentos con los arreglos y la repuesta de los vecinos, pero no se quedan dormidos, sino que están pensando en seguir mejorando la infraestructura como es el caso del piso del mercado.

Acaban de cumplir 36 años desde que se formaron trabajando en el sector de Pampa Nueva.
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Han pasado 36 años desde que comenzaron vendiendo en la calle en un terreno baldío y abandonado, como una tierra de nadie, pero los sueños de poder crecer y tener un lugar propio se convirtieron en realidad para los 35 locatarios del mercado "Carlos Ibáñez del Campo", ubicado en el corazón de las poblaciones Pampa Nueva, Saucache, Villa Empart y edificios Parinacota.

Acaban de cumplir esos 36 años de sacrificado trabajo con jornadas que comienzan a las 7.30 de la mañana y no terminan sino en la noche, de lunes a domingo, laborando hasta los feriados.

Pero, por efectos de los años, el recinto de avenida Villagrán no poseía un techo adecuado y los letreros que advertían de la presencia de este centro de abastos dejaban bastante que desear. Este aniversario no puede ser más feliz, ya que luego de años de espera lograron ganar y ahora concretar un importante proyecto de mejoramiento de su infraestructura.

Con ello, todos han ganado, tanto los locatarios como los vecinos al contar con un mercado digno y acogedor, una alternativa para no tener que desplazarse a sectores más alejados de sus casas.

Según cuenta Miguel Jiménez, primer director del Mercado "Carlos Ibáñez del Campo", la cara nueva que presenta el recinto fue posible gracias al apoyo del programa mejoramiento de ferias libres de Sercotec y el esfuerzo económico de los locatarios. En total se invirtieron 6 millones de pesos, con un aporte cercano al 70 por ciento por parte del organismo público y el resto lo colocaron los dueños y socios del antiguo centro de abastos.

Jiménez cuenta que "postulamos y como se dice entramos por los palos ganando el proyecto y gracias a Dios salió todo el techo, que era un gran problema porque en el verano esto era un horno y ahora incluso con la lluvia que cayó (sábado de madrugada) sólo tuvimos problemas menores y nada más que hay que ajustar las uniones de las canaletas".

El dirigente afirma que todo se ha hecho buscando la comodidad de los clientes y el tener una mejor calidad en la atención y para ellos mismos, sentirse más seguros.

Incluso anuncia que ahora, esperan postular a otro proyecto con el fin de construir un piso acorde a los arreglos que se han realizado en otros mercados, para una mejor presentación.

Pero la nueva techumbre no es lo único que inauguraron en este aniversario, sino que resaltan por fuera los llamativos y coloridos letreros estáticos que dan cuenta del cambio sustancial que ha tenido el mercado, ya que la anterior identificación del lugar también expresaba el duro paso del tiempo y deterioro de los paneles.

Como si fuera poco, el proyecto también les permitió que al interior del recinto en los pasillos, prácticamente cada local posee en su frontis letreros que dan cuenta de todos los servicios y productos que ofrece cada cual. Junto con esto mejoraron la instalación eléctrica lo cual les permite contar con buena iluminación.

De hecho, Jiménez comenta que en este lugar funcionan con locales de abarrotes, carnicerías, pescadería, bazares, ropa americana, peluquerías, restaurantes que ofrecen menús, costurería y otros rubros propios de un mercado.

Todo esto se refleja en que los vecinos se muestran contentos de este mejoramiento y la mayoría siente suyo este progreso, porque se conocen de años con los locatarios cultivando un ambiente muy familiar, además de opinar que los precios son acordes a la realidad de Arica y, como viven cerca, se ahorran el tener que desplazarse al agro u otros centros de abastecimiento.

TESTIGO FIEL

Sobre cómo surgió este mercado, Fidelia Saravia (88) es la locataria más antigua que va quedando y ella se mantiene atendiendo su bazar donde vende de todo con singular humor.

Doña Fidelia con una perfecta memoria recuerda que hace más de 36 años, un grupo de comerciantes ambulantes llegó a ese sector de Pampa Nueva donde "todo era pura pampa y tierra, pero habían poblaciones alrededor por lo que vendíamos nuestras cositas, pero en la calle, hasta que a fines de los años 70 llegó acá el entonces alcalde Manuel Castillo y me dijo que me hiciera cargo de un sitio grande que después iba a ser este mercado (ella fue la primera presidenta de la feria)".

Ella señala que luego de esa conversación con el alcalde Castillo, se reunió con todos los otros feriantes, y se pusieron de acuerdo para hacer distintas actividades como platos únicos, rifas, dentro del mismo sitio que les había asignado la autoridad, de tal manera que "con los pesitos que juntamos levantamos el mercado y los locales".

De acuerdo a su relato, los primeros puestos fueron de abarrotes, bazares, verduras, ropa y después se instalaron carnicerías y pescaderías, pero todo en forma humilde, con puestos que no tienen la comodidad de ahora, y todo gracias al esfuerzo propio de los locatarios.

Fidelia Saravia que ha sobrevivido a todos los otros dueños de locales, con su trabajo en el mercado pudo darles una buena educación a sus tres hijos, ya que ella hace 20 años quedó viuda.

De sus antiguos compañeros de puestos no olvida, por ejemplo, al "casero del burrito", un personaje que tenía un puesto de verduras casi a la entrada por la calle Avelino Villagrán, el cual traía todas las mañanas sus productos frescos directo del fértil valle de Azapa.

Lo bueno -acota Miguel Jiménez- es que ellos no cierran en los feriados y se turnan en familia para atender los puestos en un ambiente que ahora sí da gusto recorrer.

Nuevos arreglos

Y ahora van por