La montaña rusa en que se han convertido las bolsas de valores del mundo no tienen mucha explicación lógica, tendencia que en Chile la vivimos día a día, y las explicaciones existen para todos los gustos.

Normalmente las empresas no se derrumban en un día o una semana, sino que son procesos más largos. Por ejemplo esta semana nos enteramos que los accionistas de la tradicional firma Kodak, perdieron el 100% de su capital, es decir la empresa vale cero. Sin duda lo que mató al rollo fotográfico fue la cámara digital, pero ésta no apareció ayer, sino que hace unos 25 años, y durante este período la empresa no supo reinventarse para enfrentar esta revolucionaria tecnología. No es el único ejemplo de empresas que no captaron el peligro a tiempo.

Algo muy similar le sucede a los países. Imperios como el romano se desmoronaron, al igual que el chino o el otomano. No percibir a tiempo los peligros que acechan al desarrollo, es generalmente el principio del fin.

No son pocas las personas, de distinta formación, que señalan que el creciente endeudamiento de los países está adormeciendo a la ciudadanía y a sus dirigentes, y cómo estos no están dispuestos a asumir el costo político que significa administrar medicinas amargas, se está endosando y heredando el problema a las futuras generaciones, es decir a nuestro hijos y a nuestros nietos.

Se suele hablar de los economistas en términos muy genéricos, pero claramente se podrían separar en econometristas, que son quienes miden los altibajos del crecimiento, y proyectan el futuro casi siempre equivocándose, y por otro lado están los economistas-filósofos de la escuela de Adam Smith, David Ricardo y otros, quienes siendo filósofos, interpretaron esta ciencia basados no en gráficos, sino observando la conducta humana de acuerdo a su naturaleza.

Me interpretan estos últimos, y les creo más acerca del devenir de la economía mundial.

El tiempo dirá...

"No percibir a tiempo los peligros que acechan al desarrollo, es generalmente el principio del fin. Gabriel Abusleme Empresario