Durante la jornada de ayer comenzó el proceso de demolición de 13 casas, ubicadas en el sector de Cerro Chuño.
El proyecto, llamado "Inhabilitación y demolición de casas del cerro Chuño", representó una inversión de 800 millones de pesos, cifra otorgada por el Fondo nacional de desarrollo regional, FNDR.
Evelyn Aravena, coodirnadora del proyecto Polimetales y arquitecta, explicó que el proceso debe cumplir ciertas normas.
"Primero tenemos que sacar el asbesto, humectarlo y retirarlo evitando levantar polvo", comentó.
Una vez retirada la techumbre de las 122 casas intervenidas, comenzará el proceso de demolición en 13 viviendas. Las restantes 109 serán inhabilitadas, ya que por su cercanía con inmuebles habitados no pueden ser derrumbadas.
"Próximamente otras 376 familias serán trasladadas. Ya visitaron el piloto y están bastante satisfechas. Les cambiará el nivel de vida", comentó Karla Villagra, seremi de Vivienda.
Expresó que el plazo para culminar esta fase del proyecto es hasta abril del próximo año. Durante este tiempo, el sector contará con guardias que custodien las casas, debido a que el número de inmuebles no habitados va en aumento.
"Esperamos que para el 2015 ya esté erradicada toda la población de cerro Chuño", señaló Villagra. Además, indicó que los trabajos de demolición se están desarrollando bajo protocolos supervisados por la seremi de Salud, para evitar poner en riesgo a la población.
"Para responder las dudas de los vecinos, tenemos a coordinadores y asistentes sociales a los que pueden acercarse. ", explicó la seremi.
Los vecinos, sin embargo, declararon no estar del todo satisfechos con la medida, pues señalaron no ser consultados al respecto.
Pamela Muñoz, directora del comité de vecinos afectados por los polimetales, Nelly Ulloa y Rosa Corrales, delegadas de pasajes de la población, fueron algunas de las testigos de los trabajos.
"Nosotros pedimos que para todas las reuniones trajeran a un toxicólogo, o a alguien que explicara bien los problemas que podía traer el asunto del plomo, pero no", expresó Muñoz.
"Pero no le avisaron a nadie que iban a empezar a demoler. Ahora tendremos que venir a cada rato para estar atentas a lo que pase con las casas", explicó.
"Lo que tenían que haber hecho es esperar a que todos saliéramos de la población para que empezaran a hacer los trabajos, en vez de hacer todo al tiro", comentó Nelly Ulloa.