Micros muy antiguas
A propósito de movilización colectiva, todavía para el sector de las pesqueras suben micros muy antiguas y en las que los pasajeros se encomiendan para que no fallen los frenos ¿Serán fiscalizadas?
A propósito de movilización colectiva, todavía para el sector de las pesqueras suben micros muy antiguas y en las que los pasajeros se encomiendan para que no fallen los frenos ¿Serán fiscalizadas?
El último Indicador de Actividad Económica Regional (Inacer) entregado por el Instituto Nacional de Estadística ubicó a la Región de Arica y Parinacota como la segunda a nivel nacional con mayor crecimiento económico durante el trimestre comprendido entre abril y junio de este año.
El Inacer corresponde a un indicador de tendencia de la actividad económica agregada regional, con base promedio en el año 2003, que estima los ritmos de aceleración o estancamiento. En ese sentido, los últimos resultados establecieron que la zona presentó un crecimiento 9,4 por ciento en dicho periodo, el que sólo fue superado por Magallanes.
Según el informe, los sectores que mostraron mayor dinamismo corresponden a transporte y telecomunicaciones, lo que se traduce en un fuerte aumento de la actividad portuaria. Pero además destacaron la minería, el comercio y la industria turística, entre otras.
Estos antecedentes evidencian el innegable desarrollo económico que ha experimentado la región durante los últimos años, donde claramente se ha logrado reducir la cesantía e incrementado el poder adquisitivo de los ariqueños.
Sin embargo, estos últimos puntos también están relacionados con la fuerza laboral que absorben las regiones vecinas, especialmente a través de los yacimientos mineros ubicados en Iquique, Antofagasta, Calama y Copiapó.
Pese a que los números son positivos y muestran importantes avances respecto a periodos pretéritos, lo cierto es que dicho crecimiento económico también debe ser armónico con la transformación urbanística de la ciudad y, en ese sentido, aún existen varias deudas pendientes.
El desarrollo del borde costero, la implementación de mejores áreas verdes, la pavimentación de más sectores y la materialización de proyectos que han quedado paralizados o que aún están detenidos, generará que este crecimiento económico sea más cercano a la ciudadanía y camine de la mano con lo que muchos denominan calidad de vida.
No se trata de romanticismos ambientalistas baratos ni de querer impedir el desarrollo. Se trata de cómo entendemos el desarrollo y la civilización.
Somos la única especie que se niega a adaptarse a su medio, pues en algún momento de nuestra historia como humanidad preferimos que nuestro medio se acomode a nosotros.
Así construimos ciudades, carreteras, vehículos, maquinarias, mineras y termoeléctricas para que puedan operar nuestros ingeniosos inventos.
Pero no supimos detenernos a tiempo, pues mientras más mejoramos nuestro medio para hacer la vida más fácil, lo que hicimos fue hacerla más difícil aún.
Así fue como condenamos nuestros hijos a pasar cerca de dos décadas estudiando para aprender cómo sobrevivir, adaptarse y readaptarse en este complejo hábitat creado por nosotros. Resumida y caricaturizada, así es como se dio la historia en que condenamos nuestro planeta: de acuerdo al Global Footprint Network, si la población del mundo viviera como un chileno promedio, hoy serían necesarios los recursos de casi 2 planetas Tierra para sostener la demanda.
El problema de fondo es que lo que estamos demandando hoy como humanidad supera lo que la Tierra puede ser capaz de renovar. Si Ud. fuese la Tierra, es como si le cortaran un brazo: por más que la herida sane, no le saldrá otro.
Por más que le digan que no habrá impacto ambiental, Arica no puede asumir el riesgo de que se le amputen sus valles.
Hasta hoy Arica tiene un sello de "desarrollo y civilización" distinto, pues no es oasis por ser desierto y playa a la vez, ni tampoco un potencial turístico por el clima.
Algo esencial de la ariqueñian way es que la relación con la tierra es ancestral y patrimonial, forma parte de la cultura local entender que el ser humano puede cambiar su destino cambiando su actitud.