EN RESUMEN
"Luz de mi vida" es el segundo largometraje dirigido por el actor Casey Affleck, hermano de Ben.
"Luz de mi vida" es el segundo largometraje dirigido por el actor Casey Affleck, hermano de Ben.
En el año 2006, el escritor estadounidense Cormac McCarthy publicó "La Carretera", novela que le valió el premio Pulitzer y cuya trama se ambientada en un paisaje post-apocalíptico donde un padre trata de sobrevivir junto a su pequeño hijo sobre las ruinas de la civilización.
El cine tardó tres años en adaptarla con la dirección del australiano John Hillcoat ("La proposición"), el rol protagónico de Viggo Mortensen y una envolvente banda sonora compuesta por Nick Cave y Warren Ellis.
Una década más tarde, en su segundo largometraje como director después de "I'm still here" (falso documental que pareciera ser hecho para el lucimiento de Joaquin Phoenix, tan comentado por estos días debido a "Guasón"), Casey Affleck pareciera adoptar el universo de McCarthy con variaciones pauteadas por los tiempos en que vivimos. Es, digamos, McCarthy a la luz de las distopías de Margaret Atwood ("El cuento de la criada").
El resultado es "Luz de mi vida", película estrenada este año en la Berlinale que el jueves aterrizó en salas chilenas.
Affleck, recurriendo a su tono bajo habitual, se reserva el rol protagónico. Los créditos solamente lo definen como "padre". Se trata de un hombre que busca, junto a su hija (una niña disfrazada de niño), la sobrevivencia en medio de un planeta devastado por una pandemia que ha exterminado principalmente a las mujeres (las pocas sobrevivientes viven encerradas en bunkers proporcionados por el gobierno). La principal misión del "padre" será entonces sobrevivir y esconder a su hija de las garras de la brutalidad, aislarse junto a ella de una Tierra que se ha transformado en un infierno congelado y peligroso. Los paisajes que recorren son bellos y desoladores. El pasado está siempre presente ya sea a través de cadáveres dispersos en el camino como de los iluminados recuerdos familiares (con Elizabeth Moss como su mujer, ya fallecida) que de tanto en tanto aparecen en la cabeza del padre.
Affleck apuesta por los tiempos muertos y los diálogos íntimos en una película que, exceptuando una intensa recta final, privilegia la reflexión a la acción. El vínculo entre padre e hija está marcado por los afectos y los cuentos que él comparte con ella como metáfora del lugar en el que (sobre)viven. La afinidad entre Affleck y la pequeña Anna Pniowsky es conmovedora.
También lo es la fotografía de Adam Arkapaw ("Macbeth") y una banda sonora (a ratos demasiado azucarada) compuesta por Daniel Hart ("Un ladrón con estilo").
"Luz de mi vida" se estrena dos años después de que Affleck recibiera acusaciones de acoso sexual. La película puede interpretarse como una respuesta. Una radiografía de la masculinidad disfuncional que opera también como la proyección pesadillesca de un mundo sobrecargado de testosterona.
Aunque la chilena Sol Undurraga es arquitecta, se ha dedicado mayormente a la ilustración y actualmente trabaja para las editoriales La Joie de Lire y Nobrow. Además colabora para el diario español El País. Con "La Playa" (Saposcat), que narra un día en el mar desde el amanecer hasta la noche, ganó el premio Ópera Prima en la Feria del Libro Infantil de Bolonia.
-¿Cómo te gustan las playas?
Me gustan las playas llenas, acostarme en la arena, ojalá al estilo escalopa y mirar personas. Siempre he sido sapa y la playa da material para los que tenemos ese vicio. Pasan cosas chistosas, es como si una montón de gente estuviera tirada en la misma cama. Me gusta caminar por playas de la V región, por acantilados, esquivando caca de caballo y después de tres horas de caminata, llegar a una playa solitaria muy power. Caminar es como meditar. Ojalá nunca destruyan ese lugar.
-¿Dibujaste "La playa" en la playa?
-Ay no, me hubiera gustado, pero fue un libro que hice con nostalgia en invierno porque vivo en Alemania. Cuando hablaba con mi mamá siempre terminábamos las conversaciones porque algo pasaba allá en Chile. O tomarían café helado, o irían a la playa o algo así bien veraniego. Mientras que yo tenía que forrarme para salir a la calle. Yver ese gris constante con personas que sólo asoman la nariz por la bufanda. Pero fue divertido. Miré varias fotos que Martin Parr sacó en Chile. Su brillo. Su color.
-¿En qué estás trabajando ahora?
-En varias cosas, trabajo harto para prensa con ilustraciones más serias, maduronas. Un trabajo que me salió así medio flash es un podcast de la NPR (National Public Radio) de historias latinoaméricas que se llama Radio Ambulante. Me gusta tanto lo que hacen que lo que me pidan se los hago. También estoy en algunos libros: uno escrito por mí, que es tierno y quiero mucho al personaje porque me identifica con sus ganas de pertenecer, de ser parte. Otro con historias de otros.