Ocho estudiantes son los que posee la escuela multigrado de Chitita, en el valle de Codpa. Los mismos ocho niños que, motivados y guiados por su profesor, buscaron preservar las tradiciones de los abuelos del pueblo, pero esta vez, dándoles un toque de ciencia y tecnología.
Las mismas hojas de las plantas y las cáscaras de frutas que por años sus ancestros secaron al sol para después darles diversos usos, son secados ahora de manera más "sofisticada" con un secador artesanal elaborado por ellos mismos.
"El secador solar funciona con ayuda del sol. Nosotros secamos hierbas y frutas, que después molemos y hacemos aceites, pomadas y tecitos", explicó Ignacia Ayala, una de las alumnas que participó del proyecto científico.
Así, los estudiantes logran como producto final, aceites de eucalipto para masajes y cataplasmas, cremas de aloe para humectación y té con esencias de higos, naranjas y plátanos, entre otros productos.
Los pequeños participaron de la VII Feria Infantil que impulsó el Proyecto Asociativo Regional (PAR) Explora que ejecuta la Universidad de Tarapacá en el marco de la Semana de la Ciencia y Tecnología. Fueron 29 experiencias de párvulos y de estudiantes de primer ciclo de enseñanza básica las que se lucieron en la muestra.
"Una escuela rural también hace investigación, indaga, recicla y se preocupa del medio ambiente. También rescata, porque hay conocimiento ancestral. Queremos que nuestros abuelos tengan una vida más llevadera y con lo mismo que se curaban antiguamente, puedan hacerlo ahora de manera más rápida", dijo Fernando Fernández, profesor de la escuela.
Edades tempranas
La directora del PAR Explora, Mónica Navarrete, comentó que es importante que desde edades tempranas los niños tomen razón de que la ciencia puede colaborar en la solución de problemáticas. "Esto fortalece la visión que más adelante tendrán como ciudadanos responsables. Además, vemos que toman un rol protagónico en la solución de los problemas que ven y nosotros, como adultos, nos maravillamos con esto".