"Felicidad Sólida. Sobre la construcción de una felicidad perdurable"(Caligrama), es el nuevo libro del psicoanalista chileno Ricardo Capponi. El volumen -basado en estudios de psicología cognitiva y en la experiencia profesional del autor- se ha mantenido durante varias semanas entre los títulos más vendidos en Chile.
-¿Por qué habría que repensar la felicidad?
-Después de un entusiasmo desbordado por el tema de la felicidad, se ha ido instalando una sensación de hastío y escepticismo. Siempre lo mismo: "Piensa positivo", "mira la mitad del vaso lleno", "sé compasivo y agradecido", "fluye meditando". En este texto me desmarco y, a través de un análisis biopsicosocial, demuestro que el voluntarismo improvisador de la psicología positiva no solo es iluso, sino que perjudicial a la hora de diseñar políticas públicas.
-¿Podemos ser felices e infelices al mismo tiempo?
-Si, porque la felicidad se entiende de dos maneras: como bienestar emocional y satisfacción con la vida. Y uno puede sentirse muy satisfecho y sin embargo estar abrumado y estresado. O sea, con malestar emocional y en ese sentido infeliz. En rigor, Chile es un país altamente satisfecho, feliz, y al mismo tiempo con un alto nivel de malestar social, o sea infeliz. Criar un hijo es muy exigente y produce un bajo nivel de bienestar emocional, sin embargo, un grado mayor de satisfacción con la vida.
-¿Cómo un país se vuelve un experto en Felicidad?- -Una sociedad es feliz cuando en sus políticas públicas incorpora el concepto de felicidad como un estado mental. Más que buscarlo con medidas voluntaristas, se construye a lo largo del tiempo. La familia, los establecimientos educacionales y los lugares de trabajo serán determinantes en la adquisición de resiliencia e inteligencia emocional. Es necesario desterrar la idea de que de existe un oasis de felicidad al cual se llega controlando la realidad por medio de la acción y voluntad.