" A veces la gente le tiene mal a una y dicen ¿por qué ella? Pero no me importa"
Nunca imaginó que el oficio que aprendió de sus antepasados la llevaría a exportar productos de lana de alpaca a países tan diversos como Bélgica, Estados Unidos o Hungría. Para ello tuvo que aprender a manejar y ahora, a dominar el inglés.
A los ocho años, Julia Cañari Ramírez aprendió a tejer gracias a las enseñanzas que en su infancia le dieron su madre y abuela. La pequeña de ese entonces no imaginaba que años después, sus lanas llegarían a mercados tan lejanos como Estados Unidos, Alemania o Bélgica.
Oriunda de Putre, es allí donde comenzó con Wiñay Marka, que en aymara significa Pueblo Eterno, un taller en el que trabaja la lana 100% alpaca para tejidos hechos a mano como chales, calcetines, ponchos y ropa de bebé. Hoy, a sus 35 años, con el apoyo de ProChile está cerca de exportar a Hungría y Corea del Sur. Ya se aventuró en mercados europeos hace un par de años, razón que la llevó a crear una página web (www.canari.cl) con un catálogo online para ofrecer a sus clientes.
- ¿Qué características hacen distintos a sus productos?
- Son tejidos de lana de baby alpaca y alpaca adulto hechos a mano, tejidos sin costura que son una innovación. También hago colores naturales con tintes de hierbas. Cuando lavas la lana con un teñido químico, esta pierde el color y con las hierbas naturales no pasa esto. Mis prendas de vestir me hacen sentir orgullosa de mi misma.
- ¿Quienes trabajan en Wiñay Marka?
- Yo no trabajo sola. Lo hago con mis seis hermanas, mi madre y tres hombres junto a mi padre. Trabajamos distintas prendas a telar, a palillo y a crochet. Somos un equipo.
- ¿Cómo aprendió las distintas técnicas?
- Mi abuelo me enseñó a tejer en telar, es una herencia de él, pues los hombres trabajaban el telar y las cuatro estacas eran de mi abuela, que me enseñó a usarlas. En mis diseños incorporo lo ancestral, pero innovando.
Este no es un trabajo que yo haga para lucrar y ganar dinero, es porque detrás de cada producto hay una historia bonita que contar, además del talento y amor con el que lo hacemos. Lo que llevo en la sangre es lo que quiero transmitir al mundo.
- ¿Cómo fue su primera exportación?
- Despaché mi primera venta a Bélgica, país donde envié 45 kilos de productos hechos de fibra de alpaca. También realicé mi primer encargo a Estados Unidos, de pantuflas y calcetines.
- ¿Qué ha sido lo más complicado en el camino del emprender?
- A veces la gente le tiene mal a una y dicen ¿por qué ella? Pero no me importa, porque yo vivo para agradar a Dios y no a la gente. Yo voy a seguir porque cada problema es un peldaño para subir. Siento que me apuntan con el dedo, que la maldad está detrás, pero no es una barrera, soy una mujer empoderada.
El legado
- ¿Qué significado tiene para usted el ser descendiente de aymara y quechua?
- Es un orgullo. Yo soy quechua por parte de padre, de los incas Cañari. Tuve la suerte de conocer a mi gente en Ecuador, gente de mucho esfuerzo y trabajo y que heredé gracias a ellos, porque trabajo desde las cinco de la mañana. Tengo dos hijos y ellos nunca han sido una barrera, ellos son mi motor y mi motivo.
- ¿Los ve a ellos dedicándose a tejer?
- Mi hija de ocho años ya trabaja en el telar de dos pedales y a ella le encanta. Ojalá mi hijo pueda ser diseñador y ahí estaríamos completos.
- ¿Qué significa el altiplano para usted?
- Lo amo. A mí díganme india, porque soy así e incentivo a los niños y jóvenes a que si quieren aprender estas técnicas vengan hacia mí, yo les enseñaré porque no quiero que esto se pierda. Es algo que amaban nuestros ancestros, el tejido, el cultivo, la ganadería, así que tenemos que seguir ese legado.
- Muchos jóvenes dejan su lugar de origen por la falta de oportunidades, especialmente el altiplano ¿qué le diría a ellos?
- Que vuelvan donde sus ancestros, que vean qué les gustaba hacer pero innovando, emprendiendo. Darse a conocer no es fácil, yo estoy aprendiendo inglés, es mi meta.
Hace poco aprendí a manejar, porque no sabía y era necesario. Pero todo es posible, les diría que demos a conocer nuestra región al mundo.