Comunidades del altiplano aprenden a cocinar con energía solar
Esta iniciativa es la primera que se realiza en el norte de Chile y será replicada próximamente con otras comunidades, como parte de la gestión del Departamento de Medioambiente y Comunidad de Quiborax.
Utilizar la energía del sol para cocinar al más puro estilo gourmet, sin gastar tiempo ni dinero, y lo más importante, cuidando el medioambiente, es posible. Así lo pudieron comprobar las familias de la comunidad de Surire, de la comuna de Putre, quienes participaron de la primera jornada de capacitación sobre el uso del sol como fuente limpia de energía, organizado por la empresa Quiborax en la región de Arica y Parinacota.
"El uso de la energía solar contribuye a la conservación del medioambiente porque no emite gases de invernadero. Si la mitad de las familias chilenas cocinaran con el sol, se evitaría al año la emisión de al menos 400 mil toneladas de CO2 en el aire, lo que equivale a una central termoeléctrica, y el país se ahorraría alrededor de US$70 millones en gas licuado, que se importa, sólo para cocinar", explicó el ingeniero chileno-alemán Bruno Günther, encargado de realizar la capacitación.
"Este tipo de tecnología tiene una característica muy especial, que es el ahorro de tiempo, comodidad y dinero, lo que les permitirá a los comuneros trabajar en su chacra, pastorear sus animales y hacer todas sus actividades productivas sin problemas, dejando el horno solar funcionando, con la garantía de que la comida no se va a quemar ni pegar y que siempre va a estar caliente, sin necesidad de supervisarla, a diferencia de la cocina con leña", indicó el experto, quien es gerente de la empresa Turbomecánica.
Esfuerzo mancomunado
Durante la actividad, el mayor interés de los y las participantes estuvo en la posibilidad de deshidratar vegetales y frutales para fines comerciales, preservando alimentos que se producen en gran abundancia en ciertas épocas y así ocuparlos todo el año, como la papa chuño, el tomate o incluso carnes y pescados.
"Esta actividad fue especialmente enriquecedora ya que nos permitió conocer técnicas más limpias para cuidar nuestro medioambiente y al mismo tiempo mantener nuestras tradiciones ancestrales en cuanto a la comida y el deshidratado de frutas y vegetales", destacó Alicia Gutiérrez Castro, presidenta de la comunidad de Surire.
La dirigenta destacó la posibilidad que les brinda este nuevo conocimiento para ingresar con sus productos deshidratados a otras comunidades, "y así generar otro tipo de recursos, convirtiéndonos también en monitores de este sistema de cocina en otras comunidades del Altiplano, para ir enseñándoles y masificar esta técnica".
Por su parte, Rafael Fernández, jefe del Departamento de Medioambiente y Comunidad de Quiborax destacó el carácter pionero de este taller, el que está vinculado con las líneas de acción que desarrolla la empresa con las comunidades aledañas a sus proyectos, "a través de las cuales hemos podido entregarles herramientas prácticas sobre el uso de energías limpias y mostrarles la gestión ambiental que realizamos, especialmente en lo que tiene que ver con las evaluaciones ambientales del ecosistema y el cuidado de la flora y fauna del sector", resaltó.
Cómo hacer un horno solar
"Estos hornos son lo más económicos que hay, desechables y transportables. Aparte del cartón y el aluminio no usan nada más. Lo único que se requiere es que su superficie esté de acuerdo con el ángulo de incidencia del sol, lo que cambia según la latitud y época del año", explicó Günther.
De acuerdo con el experto, el sistema de cocción del horno solar funciona muy al estilo de la cocina gourmet, ya que usa la energía bajo 100 grados por periodos largos. "En otras palabras, la cocina que se logra con el sol es mucho más sabrosa y más sana, porque se realiza a baja temperatura y por periodos más largos, la calidad del producto que se obtiene es mucho mejor, entonces nos alimentamos mejor".
Finalmente, el ingeniero Günther explicó que en un horno solar es posible cocer dentro de una olla huevos, arroz, legumbres, pollo, carne y hasta pan amasado. Además, los productos de la zona de precordillera, como la papa chuño, el maíz y la carne de alpaco se pueden hacer sin mayores problemas en cuanto a las exigencias de cocción.