La Estrella de Arica lanzó este miércoles la campaña Estrellas del Reciclaje, que busca promover una nueva cultura en torno a la disposición de los residuos domiciliarios en nuestra región. Y para promover esta cultura, la iniciativa está orientada a los niños y niñas, en especial, a los más pequeños.

La actividad cuenta con el respaldo del Ministerio del Medio Ambiente, a través de su secretaría regional, que está impulsando una iniciativa que también pretende comenzar a revertir los resultados que para la región tuvo la última Encuesta Nacional de Medio Ambiente, entregados a mediados del año pasado.

En la oportunidad, la investigación estableció que la Región de Arica y Parinacota es la que menos separa residuos domiciliarios. En otras palabras, es la que región que menos recicla en todo el país, lo que habla de la necesidad de comenzar a trabajar de manera intensa en revertir esta realidad.

El reciclaje no es sólo una práctica que tenga que ver con mejorar la disposición de los residuos domiciliarios. Se trata de una manera de proceder que ayuda notablemente a la reducción del impacto que tiene el ser humano en el planeta, y concretamente en el fenómeno del calentamiento global.

Durante 2018, se dejaron de liberar más de 700 millones de toneladas de CO2 en el ambiente, debido a los esfuerzos de todo el mundo en materia de reciclaje. El calentamiento global es uno de los desafíos más importantes y urgentes que tiene en estos momentos nuestra civilización.

Expertos ambientales y científicos reconocen que el tiempo que tiene la humanidad, actualmente, para poder revertir el avance del alza en las temperaturas del planeta, es cada vez más corto. Se necesita entender nuestra existencia y nuestro compromiso con el medio ambiente de una manera muy distinta y pertinente, a la altura de las circunstancias.

A través de esta campaña, La Estrella busca formar una conciencia ambiental, con el reciclaje como uno de sus ejes fundamentales, en los niños y niñas quienes son hoy los herederos del planeta que hoy estamos dejando, y a la vez, artífices de una nueva mirada de nuestro presente y futuro.

Hace un par de años, escribíamos en esta columna un artículo en el que hacíamos referencia a la metáfora de los ídolos con pies de barro, que se remonta a los tiempos del Imperio Babilónico y que es explicada por un profeta hebreo al descifrar un recurrente sueño del rey Nabucodonosor: una inquietante estatua formada por elementos nobles como oro, plata, bronce y hierro, pero sus pies, eran de un material débil, simplemente de barro y que por la acción de una pequeña piedra que golpea precisamente los pies la imagen cae y se desintegra: algo tan simple como el auge y caída de los poderes.

Aquella alegoría nos hizo sentido con nuestra realidad y con la precariedad de quienes se presentan o se proyectan como líderes de la sociedad en sus distintos ámbitos de acción. Así, en este último tiempo hemos sido testigos, de la caída estrepitosa, de muchos dirigentes o paladines de nuestro quehacer político, empresarial, social y de las instituciones de la cosa pública. Ha sido un espiral ascendente que partió desde el financiamiento irregular de la actividad político-partidista al comportamiento abiertamente deshonesto de muchas ex-autoridades y "servidores públicos" que han defraudado la confianza y por ende el erario público.

Sin embargo, ello parece menor o tal vez no tan nocivo ni decadente como la conducta abiertamente inmoral y delictual de ministros de culto, que dando rienda suelta a sus bajos instintos se han amparado en la institucionalidad de un credo para primero ejercer cierta superioridad moral o religiosa sobre algunos de sus adeptos -los más débiles por cierto- para luego anularlos y convertirlos en objetos de su lascivia desenfrenada. El caso del sacerdote Renato Poblete es un paradigma de ello. En esa suerte de doble personalidad o de dicotomía moral lo que ayer se conoció como un referente o líder de gran benevolencia, hoy se ha convertido en un ídolo con pies de estiércol que se ha derrumbado literalmente…como su estatua..

"en este último tiempo hemos sido testigos, de la caída estrepitosa, de muchos dirigentes o paladines de nuestro quehacer".

Eduardo Urrutia Gómez, escritor