Es una lástima ver cómo algunos de nuestros parlamentarios están preocupados por formar una ley de "muerte digna", sin que se hayan preocupado por legislar sobre una "Vida Digna".
Se han esmerado en viajar por el mundo buscando nuevas banderas de lucha y no han visto las verdaderas necesidades de nuestro pueblo; donde amamos a nuestros ancianos y nos esmeramos por nuestros enfermos.
En tiempo de elecciones, recorrieron cuanto Centro de ancianos pudieron, escuchándolos y buscando sus votos. Pero ¿cuántos han regresado a esos mismos Centros ya elegidos en sus cargos, con sus dietas y soluciones a esos problemas planteados?
Nuestros ancianos y enfermos, no necesitan que se preocupen porque tengan una "muerte digna", sino por leyes que les permitan tener una vida con la dignidad que toda persona merece.
Deberían preocuparse que tengan las ayudas necesarias para que vivan una buena vejez, luego que construyeron nuestro país con su trabajo laboral o con su trabajo en el hogar como madres y dueñas de casa. Preocuparse que tengan toda la asistencia médica necesaria y no pasar "pobrezas" con eternas esperas por atención médica. Preocuparse que sus familiares reciban las ayudas para que los cuiden y acompañen.
Para Nuestros ancianos, abuelitos, la mejor muerte digna es la que alcanzan en su propia cama, rodeados de sus familiares y amigos; cuando llega su hora y después de haber tenido una vida y vejez dignas.
Nuestros enfermos, necesitan la dignidad de contar con la asistencia, los medicamentos y la tecnología disponibles; para que cada día que tengan, lo puedan vivir con Dignidad y no solo tengan dignidad para cuando les busquen la muerte.
Quizás piensen que es más barato para el Estado, la muerte que acaba con el problema, que dar una Vida Digna y asistida.
Chile, nuestros ancianos y nuestros enfermos, tienen necesidades reales e inmediatas. No necesitamos importar de otros países o de otras ideas políticas, que no buscan una vida, una vejez o una enfermedad digna.
Me encantaría ver de estos parlamentarios, los listados de leyes que han creado, que de verdad nos ayudan en la vida diaria y real.
La solució no está en una muerte digna, sino en que podamos tener todo lo necesario para vivir nuestras enfermedades, nuestra vejez y la misma muerte, luego de haber ejercido el derecho de una Vida Digna.
Padre
Hernán Alejandro Albornoz