Con el jugo de las betarragas, zanahorias, espinacas o arándanos, las educadoras del jardín infantil Avioncito, enseñaron a los párvulos que la lana se tiñe, cambiando así su color natural por otros más vivos.

Los niños miraban impresionados mientras sus manitas se teñían de fucsia al contacto con el agua que coció las betarragas. La lana mágicamente cambiaba su tonalidad. "Como equipo nos remeció la idea del color y llegamos a esta innovación, en que trabajamos con todo natural. Incluso el vellón de lana de alpaca fue donado por un apoderado del jardín que es de Visviri", comentó Andrea Pichún, educadora de párvulos del establecimiento de la Junji.

La iniciativa formó parte de las que se presentaron en la Muestra Artística de Educación Parvularia, convocada por la Seremi de Educación y que reunió a casi 900 niños de jardines públicos y particulares.

"Participaron las educadoras pero también los padres y apoderados. Estamos orgullosos de lo que vimos, de lo que hacen los niños y cómo se cruzan las tradiciones del altiplano y la precordillera, los trabajos en ciencias y artes, todo con diferentes matices", señaló la seremi Lorena Ventura.

Como Avioncito, otros jardines sacaron sus experiencias del aula para llevarlas al parque Vicuña Mackenna para dar a conocer a la comunidad lo que hacen día a día. "Vimos el sello que cada uno tiene, por lo que es un trabajo valioso", sentenció la seremi de Educación.