El futuro de los niños es hoy
Mucho se discute en nuestra sociedad sobre el rol de los Tribunales de Familia en la solución del problema de la infancia vulnerada; y aunque los tribunales asumen la cuota de responsabilidad que le corresponde, no se debe perder de vista cuál es el rol esencial de un Tribunal de Justicia, que no es otro que conocer, resolver y ejecutar lo juzgado, esto es, hechos jurídicamente relevantes.
A más de 28 años desde la ratificación de la Convención de los Derechos de los Niños todavía no existe una ley de garantías de la infancia, y siguen en curso modificaciones legales e institucionales que se necesitan. Asimismo, las políticas implementadas han sido insuficientes para dar solución real a los padecimientos que sufren los niños en nuestro país. En nuestra Constitución Política, por ejemplo, no existe ni una sola mención que se refiera a los niños o a sus derechos. Los cambios deben ser estructurales y de fondo. Los niños ya no pueden esperar más.
El Estado de Chile asumió un compromiso internacional al ratificar el referido tratado; su artículo 3 es explícito: "Los estados partes se comprometen a asegurar al niño su protección y cuidado y tomarán todas la medida legislativas y administrativas para lograr dicho fin".
De allí la importancia de tomar consciencia de una vez sobre la situación de la niñez en Chile y pasar del discurso a la acción. Por otra parte, los padres deben comprender que el rol de formación y protección es de aquellos y que en la medida que se otorguen buenos tratos en la infancia se disminuyen las conductas infractoras y de riesgo como drogadicción o alcoholismo, entre otras. Los padres nunca debieran olvidar que los niños aprenden con el ejemplo más que con las palabras; de allí que sea vital que como país en conjunto nos preocupemos de los niños, pues de aquello depende la sociedad que construyamos.
El futuro de los niños es hoy. Y aquí se hace más vigente que nunca lo enunciado por Gabriela Mistral, quien señalara en una bella poesía: "Somos culpables de muchos faltas y errores, pero el peor crimen es haber abandonado a los niños".