Ni santas, ni perfectas
-Es un equipo de cuatro mujeres ¿cómo funcionan?
Somos amigas hace quince años, así que el equipo y el proyecto nace de la amistad, las ganas de hacer algo en conjunto y la afinidad que tenemos naturalmente.
Las cuatro tenemos obligaciones, trabajos, familias, pero ha sido relativamente fácil la organización para sacar adelante Mujeres Bacanas.
Además nos complementamos de cabezas y talentos y escribimos un perfil al día, lo que hace mucho más llevadero el proceso. Nos llega de orgullo que el proyecto crezca.
-¿Qué descubrieron haciendo "Mujeres bacanas latinas"?
La idea de sólo latinas nació mientras escribíamos el primer libro, que tiene perfiles más universales.
De cien mujeres, ahí incluimos treinta mujeres de Latinoamérica y nos dimos cuenta que a veces lo que tenemos más cerca, es lo que menos conocemos.
Sabíamos a veces más de historias de mujeres europeas o norteamericanas, que de bolivianas, uruguayas o panameñas. Así que nos embarcamos a buscar nombres, que quizás son más desconocidos masivamente.
-¿Cuál es tu mujer bacana latina preferida?
Desde Kathrin Barboza, una boliviana joven experta en murciélagos, a Elena Caffarena, una de las madres del feminismo en Chile. También tengo debilidad por Idea Vilariño.
Me conquistó la poesía directa al grano de esta uruguaya llevada a sus ideas, de amores tormentosos y fuerte compromiso político.
Lo que más me gusta de las bacanas que elegimos es que no son ni santas, ni perfectas: son humanas. Y la historia de Idea Villarino es justamente maravillosa por lo mismo.
"mujeres bacanas latinas" está escrito por cuatro amigas, entre ellas isabel plant.