"Es un mundo peligroso y siempre lo fue. Lleno de odio, violencia y guerra, revueltas políticas y desastres naturales, destrucción y genocidio pero siempre, aunque parezca mentira, comedia", dice la voz en off de Larry Charles mientras vemos una selección de violentas escenas de archivo. La premisa es interesante: "El peligroso mundo de la comedia con Larry Charles", serie original de Netflix, viaja en busca de humor en zonas donde éste pareciera ser imposible.

Charles tiene experiencia en este tipo de recetas agridulces. En el año 2003 estrenó la serie "Masked and Anonymous", co-escrita junto a Bob Dylan y construida sobre una desesperanzada visión de Estados Unidos y la política mundial. Luego, jugando con elementos del documental, dirigió las satíricas "Borat", "Religulous" (una mofa a las religiones), "Bruno" y "El dictador". Ahora, en cuatro capítulos, se sube a un avión para revertir el gran mito de que en Occidente, en un contexto de supuesta libertad, aflora la mejor comedia. Lo que encuentra en Irak, por ejemplo, es alucinante: programas de humor negro que parodian tanto al gobierno como a Isis. El más interesante es el famoso "Albasheer Show", moldeado a imagen y semejanza de "The Daily Show" pero con una mayor cuota de peligrosidad. Albasheer, su carismático animador, fue expulsado de su casa, en medio de la guerra, cuando su padre lo sorprendió viendo un video de Backstreet Boys. Tuvo que sobrevivir en un territorio amenazante. Luego, fue secuestrado y vio morir a otros prisioneros. A pesar de todo, salió adelante gracias a la comedia y hoy es una estrella televisiva que, con sus discursos, ha salvado a otros.

"Put him in Bucca", por su parte, tiene un nivel de corrosión que sería impensado en Estados Unidos. Celebridades son detenidas en un control carretero, acusadas de ser terroristas e informadas que serán ejecutadas. Una cámara oculta registra los pormenores de la broma pesada. Charles cruza fronteras, juega con sus entrevistados, conversa con asesinos y torturadores para ver qué los hace reír.

También se encuentra con personajes singulares como Brace Belden, un tuitero estadounidense que terminó integrándose a la milicia curda. O analiza la comedia al servicio del racismo y la extrema derecha.