Aprovechando sus vacaciones, Lucas Yáñez (13) pasa gran parte de la semana en la playa El Laucho, tomando clases para acreditarse como salvavidas, un título de verdad, certificado, y no un simple juego veraniego.

Cuenta que desde que está en el curso ha aprendido a trabajar en equipo, a nadar mejor y a entregar los primeros auxilios en caso de emergencias. "Ahora ya sé qué hacer si un niño tiene problemas en la playa", contó.

Como él, once pequeños entre los 4 y 13 años serán los primeros niños salvavidas con los que contará la región gracias a un curso impartido por Laucho Splash.

"La idea es que ellos sepan qué hacer en caso de emergencia, ya sea en tierra o en el mar. Vienen a la playa, tienen cursos con un salvavidas y salen certificados. Así, podrían ayudar ante una emergencia pero a pequeños de su misma edad", explicó Normish Jara, coordinadora de la escuela de verano de Laucho Splash.

Además los pequeños se cuidan entre ellos y orientan a otros con las precauciones que deben tener en el mar. "Es más fácil que confíen entre ellos mismos que en un adulto y así se sienten algo más seguros", comentó Jara.

Para el salvataje, los niños aprendieron primeros auxilios, cómo rescatar a alguien dentro del agua y los cuidados que hay que entregarles una vez fuera del mar. También saben de reanimación cardiopulmonar (RCP), así como el monitoreo de signos vitales.

"Se les enseñó a través del juego, para que aprendieran mirando y haciendo, más que escuchando a alguien que pudiera pasar minutos hablando", aseguró la coordinadora.

Custodios del ambiente

Junto con el aprendizaje de las técnicas para manejar el oficio de salvavidas, los niños disfrutan el verano con actividades relacionadas con el cuidado del medio ambiente.

"Hemos limpiado la playa, recogiendo basura que siempre hay depositada en estos espacios, especialmente, colillas de cigarros que es lo que más se encuentra. También les enseñamos la fauna del sector, para que la vayan conociendo", finalizó la coordinadora.