"Creed 2": Rocky Balboa, héroe hundido en el ocaso
Se estrena la segunda parte de la saga que Sylvester Stallone inventó para prolongar la existencia cinematográfica de su célebre personaje. Otro ejercicio de la épica sentimental de "Rocky".
No hay duda de que las mejores películas de boxeo son las que contienen miseria. Imborrable en el recuerdo es el Anthony Quinn derrotado que, disfrazado de indio, debe humillarse en la escena final de "Réquiem para un luchador" (Ralph Nelson, 1962) o los knock-outs que recibe Jake La Motta (Robert De Niro) dentro y fuera del ring en la extraordinaria "Toro salvaje" (Martin Scorsese, 1980). El actor y guionista Sylvester Stallone y el director John G. Avildsen lo tenían claro cuando realizaron "Rocky" en el año 1976, aunque las desventuras de ese pugilista pobre y esforzado estaban sometidas a las supuestas bondades del Sueño Americano. En las próximas entregas, Rocky iría prosperando, se haría millonario y formaría una familia perfecta. Ciertamente la fama del personaje le fue restando interés a la saga en las cuatro entregas posteriores que finalizaron con "Rocky V" (1990).
Pero 16 años más tarde, Stallone volvió a acoger la derrota como condimento principal. "Rocky Balboa" (2006) nos mostró al alguna vez campeón deportivo ya retirado, melancólico, viudo (Adrianne ha muerto hace algunos años) y refugiado en su restaurante de comida italiana. Balboa volvía a la pantalla como un anciano nostálgico que regresaba al ring para protagonizar un mediático show de boxeo en Las Vegas. Lo que antes era heroico, ahora rozaba el patetismo a la luz de los efectismos de una nueva era.
Contra todo pronóstico, Rocky regresaría al cine nueve años más tarde, como personaje secundario. En "Creed" entrena a Adonis Creed, hijo de su viejo amigo Apollo, lo que le permite al director Ryan Coogler abordar el triunfo deportivo como gesta colectiva, además de contrastar la vitalidad del joven boxeador con la aflicción de un héroe hundido en el ocaso. Fue el inicio de una saga sobre las cenizas de otra.
Ahora llega "Creed 2" en la que Adonis debe luchar contra Viktor Drago, hijo de Ivan Drago, el boxeador ruso que mató a su padre y fue derrotado por Balboa en "Rocky IV" (1985). Es, obviamente, un enfrentamiento cargado de emocionalidad que le permite a Stallone hablar sobre vínculos padre-hijo y buscar la lágrima a lo largo del metraje, concentrando -como es tradición en la saga- todo el azúcar en la recta final. "Creed 2" demuestra cierta habilidad narrativa y comercial para extender una historia que pudo haber muerto hace tres décadas, pero se siente algo repetitiva en relación a la apuesta anterior.