Musrri, Clavito y la caída de San Marcos
Un amargo año resultó ser para los bravos, quienes intentaron sobrevivir en la Primera B con lo que tuvieron, descendiendo a segunda en la última fecha.
Próximo a terminar el que tal vez fue el año más dramático para San Marcos, las conclusiones del 2018 para la escuadra del Bravo dejan un amargo sabor tras recordar los primeros meses de un complicado club, tanto en la cancha como en lo económico.
El 22 de enero, Luis Musrri llegó a Arica para asumir el mando con todo en contra: las canchas, sin tiempo para pretemporada y con un plantel de solo 20 millones de pesos para mantener la categoría, donde el técnico declaró que "esperamos ser una sorpresa".
Clavito
Quedando en el último puesto con solo 16 puntos, la campaña de Musrri no gustó en Arica y el 30 de julio fue desvinculado del equipo. Al día siguiente su reemplazo ya estaba dando instrucciones y pensando en el duelo ante Cobreloa. Se trató una vez más del mítico Hernán "Clavito" Godoy, quien fue el segundo y el último técnico de los celestes de la temporada. También fue quien se reunió con el alcalde Gerardo Espíndola para conversar sobre los horarios.
Aunque la experiencia y la pasión del técnico daban esperanzas, para el 25 de octubre, cuando SMA empató de local con Barnechea, la molestia de Godoy ante los resultados de su escuadra lo hicieron dar duras declaraciones, "hemos sido cien por ciento profesionales, pero aquí la culpa la tienen Musrri con Carlos Ferry, que hicieron un equipo penca, mediocre", manifestó.
Descenso
El 4 de noviembre en la fecha final, San Marcos se jugó su estadía en la B de visita y sin Godoy en la banca ante Santiago Wanderers, lo que resultó en un empate a 2 que no bastó al solo tener 32 puntos. Luego vinieron los reclamos judiciales y la retención de dineros de la venta del CDF.