"Rebaño", la investigación de Óscar Contardo en el silencio
Buscando pistas
-¿Qué sientes luego de haber hecho este libro?
- Alivio. Más que frustrado, me siento indignado por la intensa hipocresía que existe en Chile. La distancia que hay entre discurso y práctica es sideral. Pude mostrar lo que vi, lo que escuché, la manera en que el poder controla y daña vidas. La traición a niveles industriales. También gratitud por todas las personas que me confiaron su intimidad. Entrevisté a mucha gente que no podía denunciar, por temor fundado a sufrir represalias laborales o familiares.
-¿Cómo ves a la iglesia católica en Chile?
- Está en una crisis estructural que no es sólo local. Globalmente es cuestionado su poder basado en un prestigio moral perdido. Pero no creo que sea un fenómeno que aun haya tocado fondo, tampoco creo que sea irreversible. Al menos no en los tiempos en que se maneja la Iglesia Católica. De lo que sí estoy seguro es que perdió influencia en Irlanda, Australia, Estados Unidos, Alemania y en foros internacionales en donde solía presionar para frenar políticas sobre reproducción y salubridad.
-¿Cómo explicas la impunidad?
- La respuesta a eso no puede ser individual, no sólo son casos, es la manera en que opera una institución que hace del secretismo una virtud y de la sexualidad una política torcida. La Iglesia no forma a sus sacerdotes en un ámbito tan relevante como la sexualidad para quienes se suponen deben ser célibes. Ni siquiera pronuncian la palabra "sexo" sin alarma o incomodidad. Es un elefante que circula por sus seminarios y que acaba por transformar todo lo relativo al sexo en algo clandestino.