EN RESUMEN
"Cold War" es la última película del director polaco Pawel Pawlikowski. Entró en la lista de preselección a Mejor Película Extranjera en los Premios Oscar.
"Cold War" es la última película del director polaco Pawel Pawlikowski. Entró en la lista de preselección a Mejor Película Extranjera en los Premios Oscar.
Antes de dedicarse al cine, el polaco Pawel Pawlikowski participaba en los salones de la academia como especialista en Literatura Alemana. Graduado en Oxford, había abandonado la Polonia comunista a los 14 años de edad junto a su madre para instalarse en Londres. Cambió la pluma por la cámara cuando comenzó a realizar documentales para la televisión británica. Llamó inmediatamente la atención por su ironía y su capacidad para encontrar historias insólitas, como la del último descendiente de Dostoyevski, quien maneja un tranvía y junta dinero para comprarse un Mercedes ("Dostoyevski's travels", 1991), o las aristas de la guerra de Bosnia en el aclamado documental "Serbian Epics" (1992). Luego pasó a la ficción y recibió aclamaciones por "Mi verano de amor" (2004) y, especialmente, por "Ida" (2013), ganadora del Oscar a la Mejor Película Extranjera en el año 2014.
Católico, anclado a la historia de Europa y a grandes referentes cinematográficos como Bresson, Dreyer, Bergman o Wajda, Pawlikowski regresa ahora con "Cold War", obra que le significó el premio a Mejor Director en Cannes, además de nominaciones al Goya y al Oscar (en fase de preselección), donde tendría que enfrentarse al fenómeno de "Roma", de Alfonso Cuarón.
Pero no limitemos a Pawlikowski al extraño y competitivo mundo de los premios. Su cine parece un pequeño milagro en tiempos de efectismos. "Cold War" se desliga, desde lo formal, de las tendencias actuales. Está filmada en un expresivo blanco y negro, y dura solamente 84 minutos. Así y todo, el polaco logra narrar una historia de amor tormentoso a lo largo de dos décadas, entre Polonia, Berlín, París o Yugoslavia, y en el contexto de la Guerra Fría. Es la pasión inevitable y destructiva entre un cazatalentos de Varsovia que trabaja para el Partido (Tomasz Kot) y una aspirante a cantante (una fantástica Joanna Kulig) que lo flecha en una audición.
Ese momento de revelación augurará un porvenir que se verá ensuciado por las circunstancias, los desencuentros y el contexto sociopolítico, donde la burocracia, las imposiciones y el culto a Stalin configurarán un mundo donde el amor no tiene cabida. Pawlikowski construye una hermosa tragedia que deslumbra en cada plano. Una suerte de película perfecta en la que nada sobra. La ambientación de época, la dirección de actores, la fotografía, la musicalización y la forma de narrar una historia compleja la convierten en un pequeña obra maestra, hecha con rigurosidad, espíritu crítico y corazón.