La mujer que manda en la Academia
-¿Cuál es el vínculo entre humanidades y democracia?
- La democracia depende de la calidad de sus ciudadanos. ¿Cómo medir esa calidad? Es buen ciudadano quien piensa por sí mismo, quien aprecia la tradición y también la critica. Las humanidades son vitales para la ciudadanía democrática: imaginar situaciones, ponerse en el lugar de otras personas, entender épocas distintas de la propia, empatizar. Las humanidades van de la mano con la calidad de los ciudadanos, y esa calidad es decisiva para la democracia.
¿Qué mutación viven las humanidades?
- He hablado de una "mutación" de las humanidades tradicionales por la velocidad de los cambios tecnológicos, hoy presentes en todos los aprendizajes. Si antes las humanidades dependían de los libros y la imprenta, y de las formas de pensar propias del lenguaje escrito, hoy se piensa también con imágenes y relaciones entre imágenes, y se piensa en forma mucho menos lineal y más asociativa. La mutación de las humanidades alienta esta forma de pensamiento.
-¿Cómo imagina el futuro de las humanidades?
- Elijo un sesgo optimista para pensar las humanidades en el futuro (es una opción ética). Creo que se desarrollarán capacidades del cerebro humano que hasta ahora no conocemos, y nuevas formas de pensamiento no lineal. Creo que la exposición a sistemas culturales distintos al judeocristiano occidental traerá flexibilidad, amplitud y riqueza a las nuevas formas de pensar. Y creo que las humanidades se verán obligadas a salir del encierro de las especialidades académicas.