Mario Narváez V.
Un rayado en la esquina sur del pasaje 4 del sector de Cerro Chuño advierte: "Lo que no te mata, te hace más fuerte... siempre más fuerte".
Cuatro casas más a la izquierda, un cerco de Carabineros hace que sólo ellos, la Brigada de Homicidios (BH) y el Laboratorio de Criminalística de la PDI trabajen dentro de una vivienda. ¿La razón? Periciar el cuerpo de un joven de 33 años muerto de cuatro balazos, al interior del inmueble.
A las 18.20 horas del sábado festivo y luego de que parte de los ocupantes de las casas del sector de Cerro Chuño fueran parte de un catastro estatal, ocurrió un percance que aún no tiene responsables.
A esa hora, vecinos del Pasaje 4 vieron cómo José Robinson Figueroa Murillo corría escapando de unos sujetos, al punto en que ingresó a una casa ajena, mismo lugar donde desde afuera, le dispararon varias veces, alcanzando un proyectil su frente, otra su fosa nasal y dos más entre el pecho y el brazo.
Producto de esto, el joven de nacionalidad colombiana murió de manera instantánea, lo que motivó la llegada de Carabineros de la Tercera Comisaría, la SIP y hasta Fuerzas Especiales.
"Según los antecedentes preliminares, la víctima se encontraba huyendo de personas que la perseguían con armas de fuego, por lo que ésta se oculta dentro de una vivienda que se encontraba a tres casas de la que habita, recibiendo al menos cuatro impactos balísticos en su cuerpo, falleciendo en el lugar", explicó el fiscal Daniel Valenzuela.
"En el lugar se logró recopilar la mayor cantidad de evidencias tanto balísticas, como el empadronamiento de testigos, para que nos encaminen a dar con los presuntos responsables del ataque", detalló el subprefecto Carlos Bartheld, jefe de la BH.