EN RESUMEN
"Colette" narra la vida de la escritora francesa Sidonie-Gabrielle Colette y cuenta con la actuación protagónica de la británica Keira Knightley.
"Colette" narra la vida de la escritora francesa Sidonie-Gabrielle Colette y cuenta con la actuación protagónica de la británica Keira Knightley.
"Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer", reza una frase que, a la luz de las luchas actuales, deja entrever su intención de reducir el género femenino a una mera inspiración tras figuras masculinas importantes. Pero la expresión puede ser también leída de forma descontextualizada y apelar, irónicamente, a las mujeres que quedaron sometidas a vivir bajo las sombras de hombres monstruosos. El cine de los últimos años se ha interesado en el asunto. En "Big eyes" (2014), Tim Burton retrató el drama de la pintora Margaret Keane, cuyo marido, Walter Keane, se atribuyó la autoría de sus obras durante años. "La buena esposa" (2017), en tanto, imagina a una escritora talentosa (Glenn Close) que vive subyugada a la fama de su esposo, quien acaba de ganar el Nobel.
No es raro que "Colette" -inspirada en la vida de la brillante escritora francesa Sidonie-Gabrielle Colette (Keyra Knightley)- surja en este contexto cultural ni que el director Wash Westmoreland ("Still Alice") acentúe el abuso del primer marido de la autora: el escritor, crítico musical y célebre libertino Henry Gautheir-Villars (1859-1931). Fue él quien la alentó a escribir para luego apropiarse de obras como la famosa saga de "Claudine". Simplemente firmaba los libros con su nombre, adjudicándose el trabajo.
La película narra esa relación complicada, desde que, siendo una adolescente, Colette se sintió fascinada por este hombre mayor que la engañaba todo el tiempo. Pero, a diferencia de las protagonistas de "Big Eyes" o "La buena esposa", pudo escapar pronto de la sumisión para convertirse en una mujer empoderada, una artista adelantada a su época que desafió los códigos morales para relacionarse sexualmente con hombres, mujeres y personas trans. Podríamos decir que Colette renace en el cine bajo la luces del feminismo y también las de la identidad LGTBQ.
La gracia de la operación de Westmoreland es instalar estos temas de agenda en una elegante cinta de época que no huye de las convenciones del género, como esas que consagraron a Knightley en el pasado ("Orgullo y prejuicio", "Expiación") . La actriz británica lleva bien los vestidos -y pantalones- de turno y, aunque siempre tiende un poco a la sobreactuación, se apodera de Colette con ímpetu e inspiración.
La francesa merecía una película biográfica. Escribió más de cuarenta obras literarias (entre ellas "Gigi", la que inspiró la película homónima de 1944); se casó tres veces; fue amante de celebridades como la escritora Natalie Clifford Barney y el novelista y cineasta Jean Cocteau; colaboró en una pieza musical con Maurice Ravel y murió a los 81 años de edad en plena consagración. Está enterrada en el cementerio de Père Lachaise.