El joven agrónomo que recuperó el valle de sus abuelos
En los 70 fue abandonado debido a una prolongada sequía, pero hoy reverdece, de la mano del esfuerzo de este emprendedor y la tecnología.
Sólo una familia habita en Caragua, un sector ubicado en la comuna de Putre, la del joven ingeniero agrónomo Fabián Santos.
Con 27 años y un inmenso amor por las tierras que conoce desde muy niño, cuando durante los veranos llegaba a ellas desde Belén con su padre y hermano a caballo, este profesional está logrando algo impensado; volver a darle vida a Caragua; sector perteneciente a su familia desde hace varias generaciones, el cual se encontraba abandonado desde la década de los 70.
Hoy, esta tierra produce arvejas, maíz, alfalfa y habas orgánicas en un espacio de 5 hectáreas, que podrían llegar a ser 10 a 12 en un futuro cercano.
Tras una sequía que afectó al sector hace casi 50 años, tanto el bisabuelo como el abuelo Santos, quienes habitaban y trabajaban Caragua durante la temporada de verano, se asentaron definitivamente en Belén.
Este joven agrónomo de la Universidad de Tarapacá relata que su vocación está directamente ligada con un compromiso que hizo con su abuela desde muy pequeño; devolver la vida a Caragua, lo cual logró con el apoyo de su familia y de la Municipalidad de Putre.
Lo primero que se hizo al decidir volver a trabajar estas tierras, hace unos dos años atrás, fue mejorar la conectividad del sector, proceso en el cual el apoyo de la alcaldesa de Putre; Marisel Castro, fue fundamental, dado que prestó todo el apoyo posible a este joven que deseaba "jugársela" por el potencial de Caragua.
Posteriormente se hizo una sombra y se siguió trabajando en mejorar el camino, se construyó la casa en que viven Fabián, su madre y los dos trabajadores agrícolas que actualmente laboran junto a él.
Gran potencial
Contando con agua de excelente calidad que viene desde el río de Lupica y vertientes, se probó con zapallos italianos, arvejas, brócoli, habas y maíz y la conclusión fue que el terreno tiene un enorme potencial para la labor hortícola.
Tras este primer año de "ensayo y error", este joven agricultor postuló a dos proyectos de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), los cuales se adjudicó hace poco más de dos meses.
Se trata de un estanque de almacenamiento de agua pensado en las 12 hectáreas agrícolas de Caragua, la cual se distribuye, gracias a energía obtenida por paneles solares, mediante riego por goteo.
El otro proyecto ganado se trata de levantar las arvejas como un parronal, dado que con esta medida se evita enfermedades en la planta y se evita pérdidas.
Esfuerzo y tecnología
Fabián tiene claridad respecto de que los primeros 3 a 5 años de trabajo serán, fundamentalmente, de inversión y de trabajo de sol a sol con el fin de habilitar, de aquí a dos años, todo Caragua con riego tecnificado; la zona de pradera con riego por aspersión y la de hortalizas con riego por goteo.
Finalmente explica que la idea es apostar por frutales a futuro, trabajar con subproductos y apostar por el agroturismo, porque "estas tierras enamoran a quien las vea y son nuestro proyecto de vida".