Publican "Crónicas de una infiltrada" dio Alessia Injoque
El salto al vacío que
-¿Cómo escribiste estas crónicas?
-Tarde en la noche, mientras escuchaba piano. Regresaba de la oficina, comía algo y subía con un té al escritorio. Según cómo estuviera la inspiración, podía estar hasta las dos de la mañana escribiendo. Resignifiqué mi historia permitiéndome darle un propósito. Los primeros textos los envié sin revisión, pero cuando entré a temas más polémicos y complejos, como en la crónica donde analizo las fraternidades masculinas desde adentro, le pedí ayuda a mi amiga Bet Gerber.
-¿Te sirvió tu formación de ingeniera?
-Sí, me dio herramientas para enfrentar mi tránsito. Estructuré un plan y lo descompuse en pequeños pasos que me permitieron alegrarme por cada etapa cumplida en lugar de preocuparme por la enorme distancia que me faltaba por recorrer. Enfrentar todo a pasos pequeños me permitió mayor estabilidad emocional en un periodo en que era fácil desesperarse. Incluso el haberme planteado escenarios alternativos me generó algo de tranquilidad, al saber que, si las cosas salían mal, no era el final.
-¿Cuáles son las satisfacciones en tu rol de activista?
-Sentir que las cosas cambian, que estoy colaborando a construir una sociedad donde las personas puedan vivir vidas más auténticas sin miedo, poniendo mi granito de arena para que se aprueben las leyes que me hicieron falta mientras crecía. Los retos han sido muchos partiendo por aprender a comunicar de forma efectiva. Lo más complejo fue lo emocional, por un lado poder desconectarme del activismo en mi trabajo y por otro, mantener la calma en los debates.