Clavito no pierde fe en el santo
Afirma que tomó un fierro caliente, pero lucharán hasta el final, y en medio de eso, desclasifica anécdotas memorables.
Clavito Godoy tiene historias para regalar y en medio de la difícil situación por la que atraviesa a la cabeza de San Marcos de Arica, se da tiempo para desclasificar anécdotas a fin de relajarse antes de la definición del campeonato de la Primera B.
"Tomé un fierro caliente al hacerme cargo de San Marcos con un equipo que ya estaba conformado, pero los muchachos han respondido y vamos a luchar hasta el final", expresa el estratega.
Godoy revela que "cuando llegamos con el profe Justo Farrán, vimos que físicamente el plantel no andaba bien y hemos realizado un gran trabajo en los cerros, la playa, poniendo a punto a los jugadores para la recta final del campeonato".
Fiel a su estilo, el estratega afirma que "acá y en mis equipos, el que no corre no juega, así de simple y necesitamos colocar presión a los rivales, por lo que no pierdo la fe en el equipo".
En la oportunidad, Clavito señala que en su carrera ha visto de todo, pero siempre "he ido adelante con la verdad".
Y de las anécdotas que más recuerda está aquella que vivió cuando dirigía a Víctor "Pititore" Cabrera, ex crack de San Luis en aquella delantera memorable que el hombre de las piruetas en el aire, formó con Pato Yáñez y Pindinga Muñoz a fines de los 70.
Clavito recuerda que cuando dirigió a Pititore por Copiapó, el jugador tenía un loro al que le daba pan con vino. "Y cada vez que el pájaro me veía, me decía: ¡Clavo cu, Clavo cu!. Y una vez nos tocó jugar con Antofagasta y a Pititore lo enyesaron y perdimos. Pero los periodistas me dijeron que él se había sacado el yeso y había sido goleador en un torneo de Bahía Inglesa".
Ante esta afrenta y engaño, cuenta que lo fue a buscar a su casa, pero no abría.
"A la segunda vez entré y estaban todos chupando. El loro me vio y empezó a gritar: ¡clavo cu, clavo cu! No lo pesqué y fui a una pieza y encontré a Pititore todo volao. Le puse unos buenos combos y el loro me seguía insultando. Me enojé, lo agarré, llevé el loro al baño y tiré la cadena. Pasó una semana y tenía decidido echar al Cabrera. Pero me dijeron que no, porque estaba listo para ser vendido a Colo Colo y tuve que aceptar. Volví a la casa de Pititore, y grande fue mi sorpresa cuando me encontré con el loro entablillado, con vendas en el ala ¡Y me seguía diciendo: ¡Clavo cu, clavo cu!", recuerda Clavito.
Otra de sus historias y que pretende reflejar en un segundo libro, es cuando dirigía a Santiago Wanderers, y le tocó ir a enfrentar a Audax Italiano en el estadio de La Florida.
En ese encuentro un hincha del equipo itálico no paró de insultar al DT gritándole garabatos, hasta que Godoy no resistió más.
"En un momento perdí las casillas, trepé por la reja para pegarle, pero para mala suerte mía se me quedó agarrada la corbata en el alambre de púas. No pude pasar para el otro lado a pelear", comenta el ahora conductor de San Marcos.
Clavito, espera sí, que la mejor historia sea salvar al club del santo.