Diplomacia realista
La Corte Internacional de Justicia de La Haya falló en derecho y con ello, contradijo a quienes "temíamos que fallara de forma creativa". Por ello, aseveró que el resultado fue contundente a favor de Chile. Lo que permite fortalecer la posición de quienes sostenemos que Chile debe siempre recurrir a los tribunales internacionales de justicia, pues formamos parte de una comunidad internacional de naciones civilizadas que resuelven sus litigios de esa forma. El discurso del Presidente Sebastián Piñera, sin soberbia y abierto al diálogo con Bolivia demuestra que el futuro es de cooperación entre los países limítrofes. No me cabe duda que en Bolivia se vivirá un nuevo ciclo en su vida política, esperemos que regrese la diplomacia más realista o practicista en reemplazo de la diplomacia reivindicacionista o emotivista.
Considero que la alta calidad de las relaciones sociales, culturales, económicas entre Perú y Chile, fueron clave para que las autoridades llamaran entonces a la prudencia y no permitieran que la descalificación y la deshumanización del otro estuvieran en los titulares de los periódicos. Prevaleció el sentido práctico y el realismo, a tal punto que ambos países pasan hoy por uno de los mejores momentos en sus relaciones no solo diplomáticas, sino también paradiplomáticas. En cambio, en el proceso de la demanda boliviana, las autoridades de La Paz contaminaron permanentemente las relaciones bilaterales, muy ricas en lo social y cultural, con el litigio marítimo, a tal punto, que fuimos testigos de problemas fronterizos de baja intensidad que escalaron hasta transformarse en incidentes diplomáticos.
Estoy convencido que Bolivia y Chile deben potenciar la paradiplomacia entre ambas naciones, darle paso a otros actores -diferentes a la diplomacia tradicional- para que profundicen los lazos comerciales, educacionales, artísticos, deportivos, científicos, etc., luego vendrán los políticos y los diplomáticos, quizás las próximas generaciones podrían escribir otras páginas, más optimistas sobre nuestros bellos países, que la naturaleza los creó para ser complementarios.