La Gloria de Julianne Moore despegó en Toronto
"Gloria Bell", de Sebastián Lelio, cosechó aplausos y aclamaciones en el festival de cine que finaliza hoy. Un remake fiel a la apuesta original que brilla por el inmenso talento de la actriz estadounidense.
Cuando un director hace un remake de una de sus películas podemos suponer que la motivación es principalmente comercial.
En el caso de Sebastián Lelio, "Gloria Bell" apuesta a la consolidación internacional después de la oscarizada "Una mujer fantástica" y "Desobediencia", su primera cinta en inglés. En el Festival de Toronto al menos se sintió como una producción nueva, en especial para los espectadores locales que desconocían la existencia de la "Gloria" original con Paulina García, y principalmente para los agentes que en los últimos diez días se han dedicado a cocinar en Canadá el menú cinematográfico de los próximos premios Oscar.
Ahora bien, sería injusto reducir "Gloria Bell" a una mera estrategia. Aunque la adaptación del guión, realizada por Lelio junto a la estadounidense Alice Johnson Boher, respeta casi al pie de la letra el original, la diferencia está en los nuevos colores con los que el director dibuja la soledad de una mujer divorciada en busca de afectos.
Partiendo por un Los Angeles que parece compartir con Santiago una modernidad fría y árida; y siguiendo con las canciones con las que la protagonista descarga sus emociones, entonándolas en la intimidad de su auto o bailándolas en la pista.
El playlist incluye ahora baladas de Olivia Newton-John, Paul McCartney o Gilbert O'Sullivan, además de la energética versión en inglés de "Gloria", de Umberto Tozzi, a cargo de Laura Branigan.
El personaje originalmente interpretado por Sergio Hernández está a cargo de un John Turturro que intensifica las dosis de perturbación.
Es un galán marchito que tiene un parque de paintball y en una escena, calcada de la original, trata de impresionar a Gloria leyéndole el conmovedor "Poema para una joven amiga que intentó quitarse la vida", de Claudio Bertoni (sí, en inglés).
Lelio prueba las mismas situaciones con nuevos actores y redobla la comedia en la escena en que Gloria se reencuentra con su ex marido (interpretado por un gracioso Brad Garrett).
Pero detrás del humor están los mismos fantasmas de la apuesta original: la soledad, el paso del tiempo y la muerte, reflejada en ese calavera que baila al ritmo del "Twist del esqueleto", de Oscar Arriagada.
Pero la gran revelación de "Gloria Bell" es una Julianne Moore que se volverá frágil y querible a medida que crece su desdicha. Ella es, sin dudas, el alma de la fiesta.
sebastián lelio, director.