Raúl Ruiz regresa con un país hecho de teleseries
"La telenovela errante" es la película póstuma del cineasta nacional. Fue filmada en 1990, desapareció y fue rescatada en 2015 por Valeria Sarmiento, su viuda, quien unió las piezas de una obra maestra.
En 1990, Raúl Ruiz (1941-2011) regresó a Santiago por primera vez tras años de exilio en Francia. No era el mismo cineasta en desarrollo que abandonó Chile en 1974, sino que un creador respetado e incomparable que ahora visitaba el país de la transición con la mirada fresca que otorga la distancia. Se encontró con una población adicta a la televisión y con las islas ideológicas propias del momento político. Eso le dio una idea: "La realidad chilena no existe; es más bien un conjunto de teleseries".
Con la tesis desplegada en apuntes, formó un taller de actores (Francisco Reyes, Luis Alarcón, Patricia Rivadeneira, entre otros) y filmó "La telenovela errante" en tiempo récord. "Son cuatro provincias audiovisuales y se respira la guerra entre los bandos", anotó. "Los problemas políticos y económicos están disueltos en una jalea ficcional dividida en capítulos vespertinos. Toda la realidad chilena está tratada desde el punto de vista de la telenovela y cumple la función de filtro revelador de esta misma realidad".
Debido a los compromisos fílmicos del director, y a la falta de recursos para terminar el experimento, "La telenovela errante" fue rápidamente abandonada. Hasta que en 2015 aparecieron, repartidos por el mundo, un making off, una serie de fotografías del rodaje, unos escritos del cineasta y, posteriormente, los negativos del filme. La directora Valeria Sarmiento (viuda de Ruiz), la actriz Chamila Rodríguez y el montajista Galut Alarcón se encargaron de juntar las piezas y terminar un proyecto que se estrenó el año pasado en el Festival de Locarno. Es la película 121 del cineasta y fue considerada como un hito por la comunidad cinéfila mundial.
Ahora "La telenovela errante" llega a salas chilenas, donde, paradójicamente, las películas del cineasta han brillado por su ausencia. El resultado es tan cáustico como vigente. Sarmiento le da orden a un material anárquico que muestra a un Ruiz ácido y lúdico. Con la ayuda de un Ruiz fantasmal (tienta pensar en esta idea), construye una película capitular (uno de los episodios toma una frase del director: "Si te portas mal en esta vida, en la próxima vuelves como chileno") que avanza a fuerza de viñetas delirantes pobladas de políticos que hablan como personajes de culebrón, policías "hollywoodenses" atrapados en el doblaje, chistes relacionados con el lenguaje, digresiones poéticas y un cierre esperpéntico que confirma la singularidad de Ruiz dentro del cine contemporáneo.
"La telenovela errante" es un acto de resurrección, una broma que aún resuena, una lúcida predicción.