Historias familiares sin fronteras A 89 años de la reincorporación de Tacna a Perú, familias hablan de sus historias compartidas
Cuentan de sus recuerdos y sus vidas cargadas de anécdotas y de un pasado que se mueve entre Chile y Perú, en donde los corazones se niegan a dividirse.
El 28 de agosto, Yolanda Saavedra Chambilla celebró un nuevo aniversario de Tacna, ese que recuerda la reincorporación de la ciudad del Caplina a la administración del vecino país. Ese día, se juntó en el Club de Adultos Mayores de la vecina ciudad y junto a otros miembros del grupo conmemoraron con un almuerzo, los 89 años del Tratado de Lima, que determinó la devolución de Tacna por parte de Chile a Perú.
A Yolanda sus compañeros del club le pidieron que realizara un discurso por la ocasión. Ella se negó. No de mala voluntad, sino porque consideró que existen tacneños netos que podían hacerlo mejor que ella, una advenediza en tierras incaicas. Con doble nacionalidad a cuestas, la mujer vive en Perú desde hace unos años, pero sus raíces también las tiene en Chile. De hecho, es ariqueña.
Como ella, varios son los ariqueños y tacneños que tienen este doble vínculo. Más allá de las divisiones naturales, patrióticas e ideológicas que pudo provocar el proceso de "chilenización" posterior a la Guerra del Pacífico, que se desarrolló desde Tacna a Tarapacá, a todos los une un amor profundo por ambos territorios y por sus historias en común.
Y es que "la sangre tira y la tierra también", por lo que es difícil desprenderse de este certero refrán cuando ese lazo junta a dos naciones hermanas como Chile y Perú, más allá de las fronteras y los momentos en la historia.
"chilenización"
El Dr. Alberto Díaz Araya, del Departamento de Ciencias Históricas y Geográficas de la Universidad de Tarapacá, explica que el Tratado de Ancón entre Perú y Chile (1883), consignó que los territorios de Tacna y Arica pasaron a la administración chilena por un plazo de 10 años, "tiempo en que un protocolo establecería las condiciones para materializar un acto plebiscitario entre la población local. Elección que decidiría a qué país correspondería la soberanía de dichas provincias. Por lo tanto, era la ciudadanía quien resolvería sus destinos soberanos. Pero la historia fue otra. El mencionado plebiscito nunca logró materializarse, generando un clima caracterizado por el conflicto y estallidos de violencia, en un escenario sociopolítico conocido como la 'chilenización'".
En un esfuerzo por "aculturar" el territorio, hubo un traslado de gran cantidad de militares y civiles chilenos a las provincias. Ese fue el caso del padre de Yolanda, carabinero que conoció a su esposa peruana en medio de este proceso. Luego de permanecer bajo el dominio de Chile durante casi medio siglo, Tacna fue oficialmente reincorporada al Perú el 28 de agosto de 1929.
"Nunca me interesé por cómo fueron los acontecimientos hasta ahora, que vivo en Tacna y recién logro entender algunas cosas, como el hecho de que hayan traído chilenos porque no los había y entonces, no existía quienes votaran a favor de la entrega de Tacna a Chile. Uno de ellos fue mi papá y como él, muchos se casaron con peruanas", rememora.
Otro caso similar es el de los abuelos de Antonieta Niño de Guzmán, tacneña que también goza de la doble nacionalidad. "Mi abuelo Roberto Díaz Neira nació en Ovalle y se casó con mi abuelita, Zunilda Rojo Leal que era de Copiapó. El fue carabinero y en la época en que Tacna pertenecía a Chile le tocó hacer servicio en Perú. Mi abuelo contaba que Salvador Allende también estuvo allá viviendo. En esa época Tacna era muy pequeño y todos se conocían".
Efectivamente, Juan Carlos Méndez, del Diario El Comercio relata en una crónica que en 1908 y con pocos meses de vida, el ex presidente llegó a la llamada "ciudad heroica", ya que su padre, Salvador Allende Castro, fue nombrado Secretario de la Intendencia y Procurador de la Corte de Apelaciones de Tacna. "Es en Tacna donde sentirá y vivirá las tensiones y complicaciones entre peruanos y chilenos", dice Méndez.
Además de este, otro recuerdo tiene Antonieta de aquellas épocas pasadas. "Mi padre me contaba que cuando fue la ocupación y salían a buscar cosas, que era típico en tiempos de conflicto, unas canaletas de madera servían para guardar joyas, vinos y otros artículos de valor. Es algo que parece el adorno de una casa, pero tenía un propósito oculto".
Amor por dos patrias
Perú es conocido por su patriotismo. Eso bien lo sabe Antonieta, quien heredó el amor a la patria de su padre tacneño. Su madre, chilena y de Caldera, organizaba las vacaciones de sus hijos en esa ciudad cuando ellos eran pequeños. Hasta allá llegaba la pequeña Antonieta, a compartir con sus primos chilenos. "Me daban la puñalada por decirlo así, cuando se hablaba de la guerra con Chile. Me molestaban con este tema y yo reaccionaba, tanto así que una vez le rompí la frente a un primo. Era frecuente que me trataran de 'chola' y en Perú, de 'rota'".
Si bien, esa dualidad le ocasionaba incomodidad en su niñez, en la adultez miró la situación con otros ojos. "Ahora pienso que tener la doble nacionalidad es algo muy bueno y me siento agradecida. Mi papá era muy patriota, nacionalista, siempre con su música criolla, bien apegado a sus raíces. Mi madre, por otro lado, siempre amó Chile, hasta el último día. Y tocó que yo nací con un poco de cada lado", cuenta.
La mujer confiesa que aún hoy es posible ver a ciertas personas que sienten algo de resentimiento por todo lo que provocó el conflicto entre Tacna y Arica, "pero yo creo que quienes aún hablan de eso son ignorantes. Yo celebro las Fiestas Patrias peruanas, a mi tierra, pero tengo que ser agradecida también por lo que me ha dado Chile".
Adolfo Arancibia Villalba, docente ariqueño, hijo de padre chileno y madre peruana relata que nunca sintió que hubo rivalidad entre sus familias. Recuerda los veranos en Perú, acampando en la playa, compartiendo con primos de distintas ciudades del país vecino. "Nunca hubo algo contra nosotros. Sobre el proceso puedo decir que siempre queda el resentimiento en algunas personas, que por suerte, son pocas. Una vez, pasando por una feria en Tacna, una persona con un megáfono gritaba ¡que devuelvan Arica! ¡Arica es del Perú! pero son los menos", dice.
Yolanda escuchó como una vez a un chileno le gritaron "Mata gente". Ella piensa que a la fecha todavía hay mucho resentimiento contra Chile. "No faltan los que quisieran que Arica fuera del Perú, me he dado cuenta porque comparto el día a día con tacneños y es algo que se habla abiertamente. Yo creo que si mi mamá no se hubiera casado con un chileno, también existiría dentro de la familia ese resentimiento".
Aun así, dice estar agradecida de que ese país la acoja en esta etapa de su vida. "Me siento apoyada, porque me reconocen como tacneña. Son unas personas muy querendonas, pero cuando se trata del tema del conflicto hay una "herida" que aún no sana, se podría decir", reflexiona.
"Ahora pienso que tener doble nacionalidad es algo muy bueno y me siento agradecida... Yo celebro las Fiestas Patrias peruanas, pero tengo que ser agradecida de lo que me ha dado Chile"
Antonieta Niño de Guzmán,, tacneña con doble nacionalidad"
"Nuestra frontera es un campo simbólico, semántico y cultural donde se reconfiguran la multiplicidad y mixtura de identidades sociales, frente a la hegemonía de núcleos de poder centralizados".
Dr. Alberto Díaz Araya,, Departamento Ciencias Históricas y Geográficas de la UTA."