Cinco días en la ruta junto a Foster Wallace
Netflix estrena la notable "The end of the tour", basada en el encuentro del periodista David Lipsky con el trágico autor de "La broma infinita".
Por Andrés Nazarala R
En 1995, el periodista y escritor David Lipsky tuvo la oportunidad de viajar durante cinco días junto al escritor David Foster Wallace con el fin de redactar un perfil para la revista Rolling Stone.
Por entonces, Lipsky cargaba con un libro de cuentos, una novela, un par de premios literarios, un posgrado en la universidad de Johns Hopkins bajo la tutela del singular escritor John Barth, un elogio de Raymond Carver y una promisoria participación en publicaciones.
Foster Wallace, a los 33 años de edad, arrastraba una carrera fallida como tenista, un laureado paso por la escuela de filosofía, una ópera prima discreta pero elogiada, un incipiente trabajo como profesor de escritura y un historial de depresión y abusos. Aún no revolucionaba las letras americanas pero, de alguna manera, Lipsky entendió que ese momento parecía ser iniciático para su retratado.
El viaje que emprendieron juntos fue para promocionar La broma infinita, la novela que terminaría por catapultar a Foster Wallace, una obra maestra arriesgada sobre adicciones, distopías y soledades aferradas al vacío del consumismo. Aunque Lipsky nunca publicó el artículo en la Rolling Stone, retomaría el material más adelante para escribir Aunque por supuesto terminas siento tú mismo. Un viaje con David Foster Wallace, lanzado originalmente en el 2010. A esta altura, el elogiado escritor llevaba dos años muerto.
The end of the tour, dirigida por James Ponsoldt, es la adaptación cinematográfica de esa experiencia. La película debutó en Sundance y nunca llegó a salas chilenas, pero ahora Netflix le da el reconocimiento que merece. Especialmente porque Ponsoldt esquiva los mecanismos del biopic convencional y complaciente para recoger la intimidad de dos escritores que establecen algo parecido a una amistad. Y también porque saca lo mejor de dos estrellas que, en otras manos, pudieron haber fracasado: Jesse Eisenberg como David Lipsky y Jason Segel (How I met your mother) en el demandante papel de Foster Wallace.
Con nostalgia noventera como telón de fondo -se escucha REM y Alanis Morisette ("Tengo el gusto musical de una niña de 13", bromeó alguna vez el escritor para justificar su sintonía con la canadiense)-, Ponsoldt disecciona bien las dinámicas de la relación entre entrevistador y entrevistado. Lipsky, inseguro por su futuro como escritor, se encuentra con un novelista inteligente, pero marcado por los tormentos que lo llevarían al suicidio a los 46 años.