Lo metieron preso por buscar leche para salvar la vida de su perro
Estuvo recluido 8 meses por un delito de robo con intimidación.
La historia de Pablo Latorre Herlansen de 39 años es como para no creerlo. Un hombre que reconoce que cometió varios delitos en su vida, pero terminó privado de libertad cerca de 8 meses en la Cárcel de Acha por algo que no hizo. Fue condenado por un robo con intimidación y el Tribunal Oral lo absolvió de los cargos.
Pablo recuerda que ese tiempo estaba viviendo en el sector de El Pedregal Bajo, llegó a su casa y se encontró que su perro estaba envenenado.
"Salí en búsqueda de una leche para salvar la vida a mi perrito, El Lupy, es como mi hijo, lo tengo desde que nació. Entré a un local y me negaron la leche. Luego crucé a otro y me facilitaron una caja de leche, salgo del almacén y estaba la policía y me llevaron detenido, según ellos por un delito de amenazas", recordó Pablo.
Pero cuando llegó al Tribunal contó que se enteró que lo estaban acusando de un robo con intimidación, por haber atacado a un persona con un cuchillo para robarse la leche.
"Ese día la jueza me dejó en libertad, pero la Corte de Apelaciones revocó esa cautelar. Me negaron mi libertad y desde ese día estuve 8 meses preso por un delito que no cometí. Desde un comienzo dije que ese cuchillo no era mío, que le tomaran muestras. Existía un prejuicio contra mi obviamente, porque tengo antecedentes", sostuvo.
En la cárcel
Desde que llegó a la cárcel -contó Pablo- todos los días lloraba por su perro, pensaba que estaba muerto.
"Con Lupy pasamos muchas cosas juntos. Una vez estuve enfermo y se arrancó de la casa, no sé cómo llegó hasta el hospital y se metió a la camilla donde estaba. Este perrito representaba a mi familia; cuando caí preso, durante estos ocho meses, murió mi madre, no pude ir al funeral, no me dieron permiso", señaló.
Contó que el día del juicio, estaba asustado, pensaba que no iba a recuperar su libertad, pero pasó algo inesperado.
"El caballero que me atendió al frente del almacén de la persona que me acusó entró al Tribunal y prometió decir la verdad y declaró ante todos que yo no había robado nada; señaló que fui a su almacén y le pedí la leche y me la dio. Fue un milagro de Dios, su declaración me ayudó a salir de la cárcel", contó .
Ahora Pablo pertenece a una iglesia evangélica y cuando recuperó su libertad junto a sus hermanos fueron al lugar donde fue detenido,
"Empecé a llorar por mi perrito y llegó al lugar una joven y me dice que mi perro está vivo y que está en su casa. Le pregunté ¿cómo te hiciste cargo de mi mascota? y ella me respondió: "el animal estuvo sentado los ocho meses que estuviste preso en el mismo lugar donde te detuvieron, te quedó esperando", contó muy emocionado.
Con tal información se fue directo a la casa de la joven y Lupy salió corriendo, "lo tomé entre mis brazos y me lo llevé , lo bañé, le corté el pelo y durmió cerca de una semana. Ahora está cuidando la casa y no nos vamos a separar".