La Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) hizo entrega de una serie de instrumentos musicales andinos a pequeños párvulos del jardín infantil Piolín. La iniciativa forma parte de un programa que dotará a más establecimientos de la Junji de Instrumentos como zampoñas, ocarinas, bombos, tarkas y quenas.

Mediante un proyecto de interculturalidad que permite impulsar la cultura aymara tanto en los niños como también en su familiares, fue que se hizo este entrega incluso con el challado de los instrumentos musicales.

Este tipo de acciones viene a cumplir con el objetivo de acercar a los niños, las niñas y sus familias a las raíces y culturas que son tan propias de nuestra región. De hecho en el jardín infantil Piolín alrededor de un 40% de sus alumnos tienen ascendencia aymara, y este tipo de experiencias educativas y artísticas les permite acercarse a su cultura.

La señal que se está dando con la entrega de instrumentos es muy potente en cuanto al desarrollo integral de los niños y niñas, y habla de la importancia que existe en fomentar no sólo el aprendizaje más duro y curricular, sino que también desarrollar otras facetas en el crecimiento y el conocimiento de los estudiantes.

El acercamiento a la cultura, especialmente la ancestral, como también a las artes, a las ciencias y al deporte, pueden llegar a ser muy importantes para el desarrollo de los niños y adolescentes. El que los establecimientos educacionales en general, el que los colegios abran espacios relevantes a estas actividades, contribuye a hacer realidad todos los discursos e intenciones que se exponen a la hora de entregar a los niños y niñas opciones para su desarrollo personal y el buen uso del tiempo libre, además de la proyección y valoración de su propio talentos.

El arte, la cultura, el desarrollo de academias científicas o deportivas, no debe ser mirado como un simple relleno dentro de las actividades de los establecimientos educacionales, sino como una puerta que ayude a los estudiantes a su desarrollo personal y que refuerce su interés y vinculación con los mismos colegios y con su entorno inmediato.

Hay una pregunta que siento el deber de contestar en esta primera columna en La Estrella de Arica, medio al que agradezco este valioso espacio de análisis y encuentro con la comunidad: ¿Hacia dónde va la Región?

En palabras simples, vamos hacia donde nos encaminan la Estrategia Regional de Desarrollo 2017-2030 y los ejes del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera. Pero también vamos hacia un conocimiento más profundo de nuestro rol en el país.

Anteayer, en este mismo espacio, el senador José Durana señalaba que somos un "territorio especial y geopolíticamente estratégico".

El desafío consiste en lograr que esta mirada de nosotros mismos trascienda hacia el aparato estatal. Se hace imperioso que Chile entienda a Arica y Parinacota en su real complejidad.

Volviendo a la pregunta inicial, la Región va por un camino de planificación y gestión. La planificación nos ha permitido definir nuestras prioridades (agricultura, turismo y servicios) y la gestión es el compromiso de esta intendenta por hacerlas realidad.

Esta semana es clave. Llevaremos adelante la defensa del Presupuesto Regional 2019. En tiempos de austeridad fiscal, se trata de una tarea no precisamente holgada. Pero más allá de lo que podamos o no lograr, fundamental es qué orientación le daremos a la inversión pública.

Las prioridades están claras: más y mejor calidad de agua, principalmente para la agricultura; un borde costero renovado y coherente con la imagen que queremos proyectar para fomentar el turismo; mejor conectividad aérea, marítima, terrestre y mayor dinamismo económico.

Lo productivo y lo social deben caminar juntos. Son rostros de una misma realidad. Tan importante como el crecimiento es la vivienda, salud, educación y el empleo.

Somos una región nueva en el papel, pero de amplia experiencia. En nuestra administración no estamos inventando nada, sino dinamizando lo existente.