Crisolvi los ayuda a volver a creer en sus capacidades
Entidad que cumplió 34 años esta semana, reinserta laboral y socialmente a aquellos discapacitados visuales que estaban viviendo en soledad.
Hace cinco años, la vida cambió bruscamente para José Luis Romero Díaz (51), que hasta ese momento se desempeñaba exitosamente administrando un restaurante y luego conduciendo un radiotaxi.
Pero producto de una retinopatía diabética es que perdió en un 100 por ciento su visión.
Cuenta que en esos momentos "no me atrevía a salir ni a la puerta de mi casa, pero al tiempo me acogió Crisolvi (Corporación para la Rehabilitación e Integración Social del Limitado Visual) donde seguí un taller de computación, que me permitió recibirme, hacer mi práctica y quedarme trabajando acá".
En la actualidad se desempeña como recepcionista, secretario, portero, y sonriendo afirma que "hago de todo un poco".
Romero Díaz, revela que "no fue fácil salir de esa especie de luto que vivía por mi problema, pero al año y medio después, decidí estudiar y aprender gracias al apoyo de esta entidad y puedo decir que me he reinsertado laboral y socialmente".
Por ello, junto a todos sus compañeros, los directivos y las damas voluntarias, participó con gran entusiasmo en las actividades del 34 aniversario de Crisolvi.
Unidos para servir
Eva Sotomayor, directora de este centro educativo y social, cuenta que fue en julio de 1984 cuando se creó esta institución sin fines de lucro, reconocida por el Ministerio de Educación y que atiende a niños, jóvenes y adultos con limitaciones visuales y multidiscapacidad.
"Esta semana hemos realizado la celebración de nuestro aniversario con toda la comunidad educativa más el voluntariado, bajo nuestro lema "Unidos para servir" y dentro de las actividades realizamos una misa a cargo del sacerdote Hugo Vargas, por el eterno descanso de alumnos, apoderados, voluntarios de Crisolvi y bendición de las dependencias del establecimiento", resumió.
Pero en este camino, el centro ha sido pionero en proyectos de perfeccionamiento para beneficiar a los alumnos, incorporando la tecnología.
Uno de esos proyectos fue la implementación, en Crisolvi, de una escuela temporal para adultos mayores con discapacidad visual y dependencia severa, facilitando el acceso a la inclusión integral.
USANDO LA TECNOLOGíA
La directora cuenta con orgullo que este proyecto fue financiado por el Servicio Nacional del Adulto Mayor con el objetivo principal de capacitar a 21 alumnos deficitarios visuales para adquirir diversos conocimientos con implementos tecnológicos adaptados a la patología visual.
Uno de las actividades fue el manejo de un celular adaptado al déficit visual con el fin de comunicarse con sus familiares y entorno humano, tan sólo pronunciando sus nombres, sobre todo en caso de emergencias.
José Romero, señala que todas estas técnicas como la que le permite manejar a la perfección el computador mediante un sistema con el cual puede digitar y escuchar lo que le interesa, les ayuda a la integración y entrar al mundo globalizado.
Finalmente expresa que "cada año hay más integración, participación entre los compañeros y sobre todo apoderados".